Vuelvo a traer mi editorial de "El Penalti".
El protegido de la Liga y de la prensa. Leo Messi, el protegido. Lo protegian cuando Pepe le pisó la mano y el comité miró para otro lado.
Lo protegian los que afirmaban que se dopaba, los que le llamaban hormonado los que aprovecharon su enfermedad y sus vómitos para sembrar dudas sobre él, los que le grababan en alguna discusión con un compañero para llamarle dictador.
Lo protegían los que hacían campaña, cada día para que a Cristiano le dieran un balón de Oro, los que rebuscaban en la basura para encontrar una imagen que le hiciera daño, los que inventaron los sucesivos villaratos y cambios de ciclo, los que anularon su gol ante el Atleti que nos hubiera dado aquella liga en la que el público culé aplaudió puesto en pie al campeón.
Filipe Luis lo llama protegido porque ante su entrada salvaje por encima de la rodilla, el árbitro le sacó la roja, y no se cuestiona que hoy podríamos estar esperando la recuperación de Leo tras la que pudo ser grave lesion, y no ve protección en que a él le pusieron solo un partido de sanción, la misma que por un agarrón siendo jugada de gol o por moverte en la barrera y luego te de el balón en un brazo. Y aunque el propio Filipe reconoce que su entrada es de roja, añade: “de esas hay varias en cada partido” y él sabe que miente. Miente porque de haberlas, no sería suficiente con una ambulancia en los estadios, miente porque cada vez el futbol es mas jugar y menos agredir, miente porque los árbitros han aprendido a aplicar un poco mejor el reglamento y miente porque de haber un protegido en la liga y en la prensa sería alguien que tuviera seis actos violentos sin balón a sus espaldas esta temporada y en todos pillara al árbitro despistado, sería alguien que pasa semanas sin marcar ante los equipos grandes pero que vuelve al Olimpo periodistico en cuanto logra 4 ante un rival entregado. Y desde luego no hablamos de Leo.
Hoy Filipe Luis nos ha recordado aquella conocida cita: Es mejor callar y parecer tonto que abrir la boca y confirmarlo