Se trató del denominado Proyecto Stargate, un emprendimiento de máximo secreto que involucró a personas con poderes extraordinarios y, aunque ninguna sufría alteraciones genéticas, pretendió conformar un escuadrón invencible, al mejor estilo X-Men.
Uno de los primeros experimentos buscó investigar la llamada Visión Remota, es decir, el poder de visualizar situaciones a distancia, por supuesto, no con los ojos, sino a través de poderes extrasensoriales.
Joseph McMoneagle, uno de los colaboradores evaluados por el proyecto, se erigió como el Visor Remoto número uno, al ser capaz de ver no solamente el presente, sino el pasado y el futuro. Logró detectar una instalación nuclear china, localizó a 52 ciudadanos estadounidenses secuestrados en Irán y la ubicación de un submarino soviético, entre muchas otras proezas que le valieron la condecoración con la Legión de Mérito.
Uri Geller, mientras tanto, destacó por sus poderes de telequinesis, es decir, la capacidad de mover objetos con la mente. Logró flexionar cucharas metálicas y una tira de metal de 10 milímetros. Pero eso no fue todo, además demostró que con su mente podía rebajar el grosor de una plancha de metal, sin doblarla.
Quizá lo más curioso del caso sea que, tras hallar a los sujetos con capacidades psíquicas extraordinarias, evaluarlos y seleccionarlos, este escuadrón invencible, creado por CIA, fue desestimado por el mismo organismo, desclasificando sus informes y cuestionando su validez.