Revista Política
Estos días me preguntaba yo cómo será la estrategia de oposición del PSOE en esta próxima legislatura. En principio creo que lo va a tener difícil, muy difícil. Y es que la incoherencia siempre se paga y si no que se lo digan al candidato Rubalcaba: cómo ha tenido que hacer auténticos malabarismos para defender un programa cuando la acción del gobierno en el que él fue parte integrante, hizo todo lo contrario.
Por eso estos días me pregunto cómo los socialistas podrán atacar en el nuevo parlamento, ejerciendo de oposición, ejerciendo como socialdemócratas al decir de Rubalcaba, las políticas que ellos anteriormente ya pusieron en marcha.
Sin duda, y ya lo sabemos, el PP hará una durísima política de recortes, siguiendo la estela neoliberal que recorre Europa. De eso estamos muchos ciudadanos convencidos. Lo sabemos sin ningún género de dudas. Aunque el futuro presidente sigue sin contar su programa de forma clara y precisa, lo que si ha dejado claro es su compromiso irrenunciable al objetivo de déficit.
Pero ahora estoy intentando visualizar cómo los socialistas van a ejercer la oposición. Siguendo con mi razonamiento, recuerdo que el propio presidente Zapatero ha culpado de la debacle electoral a la magnitud de la crisis económica y además en varias ocasiones los socialistas, para exculparse, han sostenido que no han tenido más remedio que asumir los dictados de Washington, del FMI, de Berlín, de Bruselas, del BCE y demás poderes fácticos.
Cuando en el triste mayo 2010 el presidente Zapatero puso en marcha unas medidas antisociales durísimas, podría haber dicho que no y haber dimitido. Pero por contra puso en marcha unos recortes que a la postre le han costado la presidencia.
Con frecuencia las recuerdo en estas páginas pero es que no quiero que se me olvide que fue el gobierno socialista quien recortó primero el salario de los funcionarios, congeló las pensiones, abarató el despido, elevó la edad de jubilación a los 67 años, reformó la Constitución despreciando la opinión de los ciudadanos... y para colmo todas estas durísimas medidas no han dado el resultado que ellos esperaban y tenemos 5 millones de parados.
Estos días, y en abundamiento de los hechos, el gobierno socialista de Euskadi también se ha apuntado a los recortes. Ellos sostienen que lo suyo no son recortes como los de la Generalitat comandada por Artur Más. No lo de ellos, según su presidente Patxi López sólo son pequeños retoques.
Retoques como la suspensión temporal de las primas por jubilación voluntaria o los contratos de relevo, la revisión de los complementos, la reducción drástica de trabajadores interinos, y un largo etcétera.
Termino con la noticia del día de hoy: el indulto por parte del gobierno socialista al consejero delegado del Banco de Santander, Alfredo Saenz, condenado a tres meses de prisión e inhabilitación impuesta por el Alto Tribunal el pasado febrero, por un delito de acusación falsa que tuvo como consecuencia la detención de cuatro empresarios durante varios días y el embargo de sus bienes, empresarios que resultaron inocentes. En pleno traspaso de poderes y una vez pasadas las elecciones para evitar el coste "impopular" que su decisión pudiera tener, el presidente Zapatero no ha tenido ningún reparo en asumir este indulto a favor del banco de Emilio Botín. No me extraña que la Asociación Profesional de la Magistratura, pida explicaciones al Gobierno por este indulto que aunque es "un derecho de gracia" del ejecutivo, se ha tomado en contra de la opinión del Tribunal Supremo.
Por todo ello, no hago más que preguntarme con qué coherencia y credibilidad va a ejercer el PSOE la oposición en esta próxima legislatura. Y es que flaco favor ha hecho este gobierno saliente a la izquierda haciendo una política neoliberal propia de una derecha dura.
Espero, y estoy plenamente convencida, de que la defensa de los trabajadores y de los sectores sociales más desfavorecidos quedará en manos de los 11 parlamentarios de Izquierda Unida. Nos queda esa esperanza