Ya empiezan a confirmarse algunos de los cabezas de lista del PSOE de cara a las elecciones generales del 20-N. La estrategia seguida parece ser la del sálvese el que pueda, a pesar de que ya ha habido algunas notables deserciones como las de Moratinos, Sebastián, Bono y algún otro, que prefieren huir de la quema.
El incombustible Alfonso Guerra vuelve a repetir como cabeza de lista por Sevilla. Otro veterano tiburón de la política, Manuel Chaves, ex de casi todo y con una trayectoria tan larga ya que cuesta ver el comienzo, encabezará la candidatura de Cádiz. Rosa Aguilar, ministra del actual gobierno de Zapatero tras un meteórico paso por la Junta de Andalucía, será cabeza de lista por Almería. Y Trinidad Jiménez la de Málaga. Más bien parece una agencia de recolocaciones.
Serán parte de las huestes que, lideradas por ese recién llegado a la política llamado Rubalcaba, acudirán a plantar cara en la crucial batalla del 20-N. Sólo falta el rostro amable de Zapatero y algún que otro histórico para maquillar, por ejemplo Julián Besteiro. Ah no, que ése no era de esta onda.
Es toda una apuesta por la cantera, destinada a interceptar el bofetón electoral que las encuestas pronostican con seguridad casi absoluta. Como si fueran un equipo de alevines ante su primer campeonato, vamos.
De eso en Sevilla saben un rato, a pesar de que ahora acusen al contrario, aunque no sin cierta razón, de lo mismo. Y eso que dicen que la política no para de reinventarse.