Hoy hemos podido conocer, al fin, los Presupuestos Generales del Estado que, como ya esperábamos, no dejan títere con cabeza dando otra estocada más al ya maltrecho estado del bienestar. Como ya se sabía o preveía, un recorte de tanta magnitud que elimina de un plumazo las ayudas a la dependencia o la financiación de planes y políticas activas de empleo y formación, llega tras las elecciones en una evidente táctica de trilero para evitar que antes de los comicios se mostrase la cara menos amable del Gobierno.
Quizá por este mismo motivo conocemos hoy por prensa el plan de recortes aprobado en el pleno del Ayuntamiento de Pravia con los votos del PSOE local, el voto en contra del PP y las abstenciones de Unidad Praviana y Foro Asturias. Un plan de recortes que pretende desarrollarse hasta 2022 para ahorrar 2,7 millones de euros.
Mi abuela, de natural ahorradora, tenía un refrán que decía que “el montón que se quita y nun se pon, se descompón” y ahí está el problema, que no se puede gastar más de lo que se tiene y, sobre todo, no debería hacerse pagar al ciudadano por los errores de gestión o el malgasto de los representantes políticos. Hace no mucho nos enteramos de que se pedía a nuestro Ayuntamiento que devolviese una subvención invertida en lo que no se debía, de la cual parece que hay una parte sin justificar y que se gastó en, según palabras del alcalde, “cuestiones perentorias”.
Quizá esté ahí el problema del PSOE praviano, que para ellos no es perentorio conservar un servicio emblema de la izquierda asturiana como las Oficinas de Información Juvenil, tampoco un servicio básico como la gestión pública del agua o la necesidad mantener el poco empleo público en estos tiempos de crisis. Para el PSOE praviano todos nos tenemos que hacer cargo de haber gastado el dinero público a su antojo, de no haberse planteado la posibilidad de no poder afrontar gastos y de huir hacia adelante. Ahora debemos hacernos cargo de pagar los intereses de un crédito que solo sirve para tapar agujeros mientras poco a poco desarmamos el poco patrimonio municipal.
¿Por qué no se plantean, como gesto de buena voluntad, bajarse el sueldo el alcalde y el concejal liberado? Presupongo que es prioritario destruir cinco puestos de trabajo o jugar con servicios básicos como el suministro público de agua que no intentar ser consecuentes con la ideología que dicen predicar o asumir, al menos, parte de su error.