El sanchismo, al que el poder le interesa más que la pandemia, el bien común y el destino de España, ha dado un paso arriesgado para desbaratar al PP y frustrar cualquier intento de que la derecha se una en las próximas elecciones. El objetivo principal del PSOE, desde hace muchos meses, es enfrentar a Ciudadanos con el PP y ya parece haberlo conseguido. Los socialistas han conquistado a la débil Inés Arrimadas y la han convencido para que acuchille al PP, hasta ahora su socio de gobierno, en Madrid, Murcia, Andalucía y otros sitios. Con esa movida, que demuestra la naturaleza ambiciosa, conspirativa y maquiavélica de la izquierda, el PSOE consigue dos objetivos: por una parte debilitar a la derecha y por otra fortalecer el bipartidismo, en el que el bloque de la izquierda es hegemónico. La marea de las mociones de censura desatada demuestra que, además de VOX, el mayor obstáculo que encuentra el PSOE para hacerse eterno se llama Isabel Díaz Ayuso. A Casado lo consideran poco mas que un monigote. El objetivo central de la movida es arrebatar al PP el control de la comunidad de Madrid, la más próspera de España y la que hace de "motor" de la economía y la política nacional. ---
El PSOE ha desenterrado el hacha de guerra y con la colaboración de la débil y titubeante Inés Arrimadas, quiere apuntillar al PP y convertirse en el único partido de España con posibilidad real de gobernar. Su maniobra es muy arriesgada porque puede desatar fuerzas inesperadas, como el fortalecimiento del PP, arropado por los españoles que sienten asco ante el comportamiento del sanchismo, y además, el crecimiento explosivo de VOX, al que millones de españoles contemplan como la única alternativa al inquietante dominio de las izquierdas y como la "vacuna" contra el totalitarismo de Sánchez e Iglesias.
Bajo Sánchez, el PSOE se ha transformado en un partido tacticista y maniobrero, poco fiable porque ha abandonado todo su viejo lastre ideológico para concentrarse en el ansia de poder absoluto como única creencia y único programa.
Ese tacticismo, cuyo objetivo único es acumular poder, es el que le inspira y el que otorga un poder inmenso al equipo conspirador que comanda Iván Redondo, paridor de tácticas, estrategias y todo tipo de traiciones y conspiraciones.
Ayuso, que desde hace tiempo sospechaba que se estaba fraguando una alianza entre el PSOE y Ciudadanos para derrocarla, al ver la moción de censura planteada contra el gobierno de Murcia firmó rápidamente el decreto de disolución de la Asamblea de Madrid y la convocatoria de elecciones. Pero la ley tiene una esquina oscura que aprovecharon sus enemigos presentando mociones de censura firmadas por Mas Madrid y el PSOE. Los jueces tienen que decidir ahora que debe prevalecer, si las elecciones convocadas por la presidenta Ayuso o las mociones presentados por sus adversarios, ya que la ley dice que si existen mociones previas, no pueden convocarse elecciones.
Al final serán los tribunales los que decidan. Los madrileños, a los que nadie ha consultado nada, vuelven a ser rehenes de los políticos en España y desempeñan sólo el papel de comparsa estúpida ante las ambiciones de la miserable clase política española.
Detrás de toda esta historia sólo hay lucha por el poder y ni una gota de interés por España ni por el bien de los ciudadanos, Es otra bajeza de la clase política española, la peor de Europa y de las más inmorales y sucias del planeta.
Situar al país en una lucha por el poder a cuchillo corto entre la derecha y la izquierda, en medio de una pandemia devastadora y con los ciudadanos medio confinados por el miedo a morir es una frivolidad llena de bajeza e indecencia. Nunca antes como ahora ha quedado claro que los políticos españoles están divorciados de sus ciudadanos y que no tienen otro objetivo que saquear y repartirse el botín del poder.
Los gobiernos regionales del PP eran una espina clavada en el PSOE, sobre todo el de Madrid, que, ante la decadencia de Cataluña es la región puntera de España. Los socialistas estaban aterrorizados ante el crecimiento del prestigio y la potencia electoral de la presidenta madrileña, a la que millones de españoles, de todas las regiones, contemplan ya como la luchadora incansable contra el dúo socialista-comunista que se ha apoderado de España y como el símbolo de la libertad y la resistencia a la opresión de las izquierdas.
La situación es tensa y peligrosa y puede desatar pasiones y fuerzas incontroladas e inesperadas, como un cambio de liderazgo en el PP, un partido pelele que ni siquiera ha sabido blindarse ante los esperados asaltos del sanchismo. Pero también puede provocar un crecimiento espectacular de VOX, que cada día es más el refugio de los demócratas y de los españoles decentes e indignados con el avance de los totalitarios. La desaparición de Ciudadanos también es una consecuencia, pero esa es menos importante porque ese partido ya estaba sentenciado por ser considerado una veleta en busca siempre de un trozo de poder, capaz de aliarse hasta con el mismo diablo, como acaba de hacer.
Pero la principal consecuencia y la peor para el PSOE de Sánchez es que esta batalla de las mociones convierta la política española en una pugna irreconciliable entre la libertad, representada por la derecha, y la opresión, promovida por las izquierdas. Si eso ocurre, y está a punto de ocurrir, Sánchez estará perdido.
Francisco Rubiales