Transcripción íntegra de la intervención del portavoz parlamentario de IU en el Pleno del congreso.
(Madrid, 10 de noviembre 2010).- Señorías, no estamos ante una reforma electoral, estamos ante la legitimación en la tradición política de este país del denominado ‘pucherazo’. El ‘pucherazo’ era un puchero del cual se restaban unos votos para añadirlos a los votos de la mayoría. De eso se trata, de arrebatar votos a las minorías para lograr incrementar de seis a diez diputados la representación de las mayorías, la representación bipartidista de este país.
En primer lugar, señorías, ¿qué pensarían ustedes de un partido de fútbol entre el primero y el último de la liga, donde al inicio del partido el primero de la liga gana por 9-0? Dirían que es un fraude, una estafa. Si además el árbitro fuera casero, dirían que es un fraude, que es una estafa. Si además el público fuera solamente del primero de la liga, dirían que es algo inconcebible. Y si los medios de comunicación fueran únicamente del partido más fuerte, del equipo más fuerte, dirían ustedes que es un fraude, una estafa y una burla. Pues bien, señorías, esa es la iniciativa que hoy traen ustedes a esta Cámara: un fraude, una estafa y una burla.
En segundo lugar, señorías, ¿a quién beneficia, por ejemplo, que mi grupo tenga que obtener 900.000 votos para dos diputados y, sin embargo, otros grupos en esta Cámara no necesiten ni 400.000 ni 500.000 votos, sino 60.000 votos para obtener un diputado, ocho o diez veces menos votos para obtener un diputado. Pues beneficia, fundamentalmente, a los dos grupos mayoritarios.
En este sentido es una ‘ley a la carta’ para mantener el bipartidismo en este país y cuando el bipartidismo es imperfecto beneficia a la alianza entre los dos grupos mayoritarios y los sectores conservadores. En definitiva, una propuesta bipartidista y una propuesta conservadora que, en nuestra opinión, deforma la representación política de los españoles. Un ‘pucherazo’, señorías, en toda regla.
¿En qué situación quedan los grupos parlamentarios o las fuerzas políticas denominadas terceras a nivel de todo el Estado? Quedamos a nivel de parias, porque en una sociedad que no es de castas, somos una casta inferior. Somos una casta inferior porque no tenemos todos los derechos ciudadanos, carecemos de plenos derechos políticos, tenemos una décima parte de los derechos políticos del resto de los grupos mayoritarios de esta Cámara. No se extrañarán, señorías, que consideremos que mantener este régimen electoral es ilegalizar y situar en la clandestinidad a las terceras fuerzas políticas de este país.
Señorías, existe una alternativa -y la proponía el Consejo de Estado-, una alternativa que combinara distintas medidas sin necesidad de reforma constitucional para pasar en la representación no a una representación proporcional, sino al menos no contraproporcional. Porque lo que ocurre hoy en esta Cámara y merced a esta ley es que se vulnera claramente el artículo 68 de la Constitución, que consagra la representación proporcional. En esta Cámara hay representación contraproporcional: con 300.000 votos se tienen ocho diputados y con un millón de votos se tienen dos diputados; contraproporcional, inversa a la proporcionalidad.
Señorías, también en esta iniciativa -y termino-, por excluir, se excluye el voto local de los emigrantes. No basta con que estén fuera del país, además hay que limitarles prácticamente de manera total su representación, su voto y sus derechos políticos. Nos parece un verdadero dislate. Ante la crisis económica y la crisis de la política, el cerrojazo y el ‘pucherazo’. Muchas gracias.