Por Nuria Barbosa
El pueblo nicaragüense festeja hoy la toma de posesión del comandante Daniel Ortega Saavedra, quien obtuvo el 75,87 % de los votos en los comicios efectuados el 7 de noviembre último, lo cual permitirá dar continuidad a los proyectos sociales impulsados y creados durante los últimos 14 años de gestión por el Frente Sandinista de Liberación Nacional, y la consolidación de un gobierno de reconciliación, paz y unidad.
Las políticas gubernamentales implementadas derivaron en notables avances económico-sociales para el desarrollo de infraestructuras y la reducción de los índices de pobreza y de desempleo, mortalidad infantil y materna.
Para Latinoamérica, Nicaragua representa un país de esperanzas, cuyos éxitos se muestran en la actual campaña de vacunación contra la COVID-19, la restitución de los derechos constitucionales de salud y educación, universales y gratuitas, y el impulso de la red hospitalaria más grande de Centroamérica con la edificación, ampliación y renovación de 70 hospitales, 1 259 puestos médicos, 192 centros sanitarios y 178 casas maternas.
Las últimas elecciones demostraron el apoyo del pueblo a un proceso revolucionario alejado de los modelos neoliberales, razón por la que libra una batalla ardua frente a la hostilidad imperial.
EE. UU. le impone sanciones ilegales y medidas coercitivas, entre ellas, las leyes denominadas Nica Act y Ley Renacer, ambas violatorias del Derecho Internacional, que buscan revertir el orden constitucional. Usa como pretexto la declaración de la Casa Blanca de 2018 que califica a Nicaragua de una amenaza para la seguridad nacional. Igualmente, utiliza a la desprestigiada Organización de Estados Americanos para aislar al Gobierno sandinista.
En todas las tribunas internacionales, Cuba ha rechazado los intentos de manipulación de los medios de comunicación masiva con propósitos políticos para desconocer la legitimidad del proceso electoral de la nación centroamericana, y ha reiterado su firme apoyo al pueblo nicaragüense que enfrenta acciones de la denominada guerra no convencional.
Respalda, además, que el destino de Nicaragua corresponde decidirlo únicamente a su Gobierno y al pueblo, en ejercicio de su soberanía, con apego a la institucionalidad y sin injerencias extranjeras.
Igualmente, agradece a la nación centroamericana por las donaciones materiales de alimentos e insumos médicos, que hicieron a la Mayor de las Antillas en los momentos de mayor azote de la pandemia.