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Encuentro romántico de encuentros y desencuentros en los albores de la segunda guerra mundial. Según su tratamiento podría haber caído en lo ñoño, lo lacrimógeno o incluso lo sórdido, en cambio es un melodrama romántico elegante y un relato muy bien desarrollado. No recuerdo a Vivian Leigh más conmovedora ni a Robert Taylor con mayor magnetismo. Es una de esas películas del Hollywood clásico que nunca podrán hacerse de forma tan idónea como entonces.