Mi “renovado” libro “El pulso del cotidiano” es el resultado de lo que ha sido concebido y realizado como auténtico ejercicio de recreación de las vivencias cotidianas; de aproximación, en una clave diferente y desde una actitud concreta, a las personas, a las cosas y a los acontecimientos.
Cada una de unas páginas no es sino una aproximación al pulso y a la vibración que subyace en los diversos momentos y en las múltiples situaciones que se suceden a lo largo del día, incluso en los objetos o en sus sucesos más nimios, sencillos y habituales.
Es un libro dirigido a despertar y desarrollar el órgano receptivo básico con el que acceder al pulso de todo lo cotidiano. No se trata de un órgano físico identificable espacialmente, como puedan serlo el oído o el ojo. Este órgano receptivo básico es más bien una actitud especial que da forma a una nueva «visión» que permite, a su vez, ver, encontrarse con lo «no visible» en lo visible, con lo «no tangible» en lo palpable y concreto. En él se reconoce lo cotidiano como el ámbito supremo de ejercitación y, por tanto, de desarrollo y crecimiento.El tejido de las relaciones creativas con todo lo que nos rodea y afecta es, a mi modo de ver, la tarea. Una tarea esencial, siempre permanente y nunca acabada; la tarea por excelencia.Una vez abierto, despierto y sensibilizado el sentido que interiormente nos permite oír y percibir el pulso del cotidiano, la vida diaria adquiere un nuevo significado, un sentido diferente, viviéndose con y desde una profundidad tan desconocida como real.Te invito a que te adentres en una lectura que te ayudará a dejar de “echar un pulso” y de enfrentarte a tus vivencias más ordinarias y cotidianas para pasar a sentir su pulso, su latido y poder así vivirlas de otra manera, mucho más creativa y gozosamente. Una lectura que espero te pueda ayudar a sentir y reconocer que “lo extraordinario no es sino una normalidad aún no conquistada”.Antonio José Trigo ha escrito sobre él: “en este libro José María sabe alzar vuelo para que sus lectores nos podamos remontar; con su mirada atenta a todo movimiento, a todo desplazamiento de la materia, a sus silencios y a sus trotes, pero, sobre todo, atenta a alertar, a precisar todo ese crepitar de la naturaleza en la palabra”.Puedes hacer un recorrido a través de las primeras páginas del libro en el siguiente enlace. PRÓLOGO. PRELIMINARES Y MOMENTO PREVIO.