El referéndum es una cosa muy democrática, tanto como Guerra, que siempre se caracterizó por la visceralidad que le llevó a afirmar eso de que a este país no lo iba a conocer ni la madre que lo parió. ahora se ha descolgado en Rodiezmo con lo de la consulta popular para aprobar los ajustes; me imagino el debate sobre la pregunta a la que supuestamente, se verían abocados a contestar los españoles: “¿Aprueba vd. que le propinen un hachazo en sus ingresos y su capacidad adquisitiva"?”. Cuento con que, salvo los masoquistas de tendencia, solo media docena de chiflados responderían afirmativamente a la cuestión. Tomás Gómez hizo suya la idea del exvicepesidente y cuestionará a Rubalcaba en el contexto de la propia lucha intestina que se libra en la oposición.
Uno se pregunta porqué nadie cuestionó una consulta en referéndum para regalar arbitrariamente, 3.000 euros a los recién nacidos, cuando esa cantidad de dinero salía de los impuestos que pagamos todos los ciudadanos y ahora, un par de años después, resulta que de tales polvos han venido estos lodos. Zapatero regaló caprichosamente esa suma de dinero para conservar tirón y popularidad, mientras que ahora, la misma formación política que lo aplaudió con las orejas, pide una consulta popular para determinar si los necesarios recortes fruto de la improvisación en política económica de la anterior administración, se corrigen, o no. Y que nadie vea en este discurso una defensa de la política de D. Mariano: La presión a los funcionarios, la sobreprotección al gran capital y otras medidas adoptadas por el partido popular, merecen mi más profundo rechazo. Pero lo evidente es la necesidad de un ajuste sin el que nuestro país cerraría por quiebra. Y esa es una cuestión sobre la que no hace falta referéndum alguno, aunque la idea haya servido para que El Sr. Gómez le clave un puñal en la espalda al Sr. Rubalcaba justo antes del Congreso del PSOE. Así es la política.