Ayer hacia las once de la noche, cuando estoy terminando de recoger los restos del viaje y del fin de semana de fiesta, aparece el Niño.
-Que sepas que estoy muy ofendido y muy dolido contigo.
Pongo cara de acelga
-Si si, tú siempre hablando de que si la familia de que si tal de que si cual, pero en esta casa se discrimina mucho y hay ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda.
-Pero no…
-No, no te empieces a disculpar, que aquí la gata aparece siempre, va de estrella y es el Logo de tu blog pero mi hijo nasti de plasti. Lo tienes relegado al anonimato y te advierto que como se traume, ¡te haré responsable!
-Pues hombre que quieres que te diga, que no lo he hecho a propósito, es que es así como lo diría…pues no sé.
-¡Claro te avergüenzas de él, porque quieres dar la imagen de familia perfecta y feliz y que todos sus miembros son la leche y claro él no entra en los cánones y lo tienes relegado a la oscuridad del anonimato!
-Eso no es cierto, tú protagonizas el 60% del Blog.
-Eso es un golpe bajo, que ya veré como me cobro en un futuro no lejano.
-Vaaaaale, prometo que mañana mismo hablo de él.
-Cuidadito a ver qué dices, que es muy sensible y luego anda por ahí mohíno.
-Esa chica con la que sales es una santa, en serio tiene mucho mérito.
-Esa chica es perfecta madre, ¡es perfecta!
Bueno así surgió el hablar del él: “El Rata”
El Rata es este gato:
Estoy convencida de que fuma algo...
Ya ya, sé que es raro tener un gato que se llame “Rata” pero es así, las cosas surgen y surgen y en esta casa surgen raras, para que vamos a engañarnos.
Hace ya más de tres años un sábado por la tarde/noche se me presentan en casa el Niño y su Chica (la santa que lo aguanta) con un gato negro de una semana ó menos porque tenía los ojos cerrados todavía, envuelto en una toalla.
-Madre, madre por favor ayúdanos que este pobre no dura ya ni un día más.
-¡Pero de donde lo habéis sacado! Mira que no quiero ni un animal más.
-Se lo encontró mi cuñada hace dos días en los jardines de la facultad, estaba abandonado. Se lo llevaron a casa pero no quiere comer, le hemos dado de todo pero no quiere y se muere.
-Define “de todo”
-Pues de todo. Le hemos dado pienso, le hemos puesto leche, agua, de todo.
-Ahhhh claro, menos mal que no le habéis puesto un filete con patatas y el cuchillo y el tenedor. A ver, no quiero más animales así que lo sacamos adelante si es que se puede y luego te lo llevas.
-¡Ahhh no, es mi hijo! Si lo salvas te lo tienes que quedar ¡¡¡¡eres su abuela!!!!
Lo miro, miro a su chica y ella me suplica con la mirada que lo acepte.
-Trae algodón y leche.
Me pongo a darle leche con un algodón empapado a gotitas, a pesar de que sé que los gatos son alérgicos a la lactosa, pero este es silvestre total así que creo que no le hará excesivo daño, además está literalmente muerto de hambre por lo que cualquier cosa de comer le engordará.
No atina a chupar ni a nada. Tiene tanta hambre que de la pura desesperación por comer lo tira todo y no lo aprovecha.
Piensa Dolega, piensa… Ya está.
-Niño, tráeme un preservativo.
-¡Huy yo no tengo de eso!
Cara de madre
-Bueno, voy a ver si encuentro alguno que tuviera por ahí, perdido de hace tiempo….¿¿¿PERO PARA QUE QUIERES UN PRESERVATIVO???
-Date prisa y deja de mentir.
Cojo el condón, lo lavo bien, le pincho la punta con una aguja de lana, lo relleno con el algodón empapado en leche y ya tengo una teta como Dios manda. Aquella criatura la pilla y solo se oía GLUP GLUP, GLUP.
Allí los padres primerizos alucinados mirando como “su” retoño por fin, metía algo al estómago.
-¡Joooder Princesa eso no se nos ocurrió a nosotros!
Se puso perdido de leche porque claro entre que el agujero era grande, él chupaba como un poseso, terminó todo lleno de leche por todas partes, lo lavé, lo envolví en una toalla limpia, cerró los ojos y se puso a dormir plácidamente.
Así me convertí en abuela.
Lo empecé a llamar ratita porque era como una rata de feo, sobre todo cuando lo bañaba con toallitas de bebé.
Cuando era cachorro y se perdía
El animal tiene las deficiencias propias de no tener una madre gata, tener un padre como El Niño, tenerme a mí como abuela y una hermanastra como la gata, a saber:
Es un gato que no se lava nunca. Va lleno de mierda siempre. Lleno de polen de los pinos, de polvo, de todo. Mientras la gata dedica horas a su cuidado personal, él es negro pero va siempre de gris. Así que lo tengo que lavar continuamente con las toallitas de bebé que es a lo que está acostumbrado.
Le enseñó a beber su padre cuando era pequeño. El Niño se ponía a cuatro patas con un cuenco lleno de agua y “bebía” como un gato para que su hijo aprendiera. El resultado es que no sabe beber, sabe sorber.
Así que si estás en la cocina de noche viendo la televisión y está todo en silencio y de repente oyes algo como SSCCRRRUBBB es Rata bebiendo agua.
Su padre tuvo esperanzas de que fuera una figura del futbol mundial, así que dedicó muchas horas a enseñarle a jugar a la pelota pero los resultados fueron bastante mediocres porque siempre tira la pelota a un sitio inaccesible así que acaba de jugar muy pronto.
Sin embargo lo queremos presentar al campeonato mundial de persecución de alambres de cierre del pan de molde. Ganaría el oro seguro, porque dedica el 50% de su tiempo vital a entrenar.
Los juegos con los otros gatos se los ha enseñado la gata así que básicamente solo sabe uno:
Él se mete debajo de la casa, la gata se pone fuera a esperarlo y cuando asoma la cabeza ella lo funde a guantadas. Yo nunca lo he visto cambiar y estar él fuera esperando…
Con respecto a sus habilidades de caza pues que quieren que les diga, que yo creo que el nivel lagartija, con un poco de clases de refuerzo lo supera dentro de algunos años.
Yo creo que lo que pasa es que es vago y que yo he visto que la gata de vez en cuando le pasa alguna presa tipo pájaro, topo y demás. Yo creo que es por pena. Pero no descarto la posibilidad de que sea el típico listo, de “cariño vamos a hacer la cena” y ahí mirando la tele…
Ha sido protagonista en multitud de ocasiones de desapariciones memorables que iré relatando poco a poco, como aquella de la noche de reyes de hace dos años.
Así queda enmendado el error de no decir que tengo un nieto llamado Rata
¡¡¡DEL QUE ME SIENTO MUY ORGULLOSA, COÑO!!!