Revista Educación

El Quijote Interactivo

Por Mtps37

Este proyecto es la primera piedra de un edificio mucho más ambicioso que en su sencillez es posible encontrar una de las claves de su éxito. Los “portales interactivos”, del que el Quijote es el primero que se ha desarrollado, ofrecerán magníficas reproducciones digitales de algunas de las joyas bibliográficas que se conservan en los fondos de la Biblioteca Nacional de España, acompañadas de diferentes informaciones creadas para el portal y de enlaces a algunas de las digitalizaciones ya existentes en la Biblioteca Digital Hispánica, una de las bibliotecas digitales patrimoniales más reconocidas y visitadas.
El esfuerzo tecnológico se ha centrado en ofrecer de cada “libro interactivo” una presentación lo más cercana posible a la experiencia del lector actual; lector que no tiene acceso a estas joyas a no ser que se sea investigador y se solicite un permiso especial. Por esta razón, no solo se ha incoporado la tecnología necesaria para tener la impresión de estar pasando las páginas de este libro virtual, sino que se ha grabado el sonido original de esta acción para así reproducirla en la red. Esta es la base y el corazón de nuestro proyecto: hacer accesible la riqueza bibliográfica de nuestro país a toda persona interesada, al margen del lugar geográfico en que se encuentre o el momento en que quiera acceder a la misma. Las bibliotecas modernas han de dar respuesta a nuevas demandas sociales y culturales, que van más allá de la custodia y conservación de nuestro patrimonio, para llegar a ser piezas fundamentales de la Memoria escrita.
La divulgación se ha convertido en una de las piezas fundamentales del presente bibliotecario –alejado de la imagen del bibliotecario cancerbero, que se aferra a unos usos de trabajo más cercanos al siglo XIX que a la actualidad, y del que de vez en cuando se oyen algunos ladridos, algunos exhabruptos; eso sí, cada vez más lejanos, numantinos y patéticos.
Pero los portales interactivos no pueden quedarse solo en la difusión digital de una obra con magníficas reproducciones y con el interfaz lo más cercano posible al libro impreso, sino que se han incorporado nuevas aplicaciones y herramientas que le convierten en un portal único dentro de los más de siete millones de resultados de información que nos devuelve un buscador en pocos segundos. Junto a la reproducción digital de los ejemplares de 1605 (Cerv. 18) y de 1615 (Cerv.19) del Quijote impresos en el taller regentado por Juan de la Cuesta en Madrid, se ha incorporado una transcripción del texto línea a línea, que permite añadir un buscador textual al portal, o la posibilidad de imprimir o de compartir mediante correo electrónico o por medio de facebook, las páginas de la digitalización que nos interese, con lo que se abre la puerta a la interactividad, uno de los aspectos que se quieren destacar y aumentar en las próximas entregas.
Y junto a estos “libros interactivos”, cuyos originales se conservan en la BNE, pero que solo unos privilegiados han podido hojear, y que ahora todos podemos “hojear virtualmente” en la red, pueden consultarse una serie de noticias y de informaciones que permite comprender mejor su contenido y el éxito de la propuesta cervantina, organizados en varias secciones: Mapa de aventuras, el Quijote y los libros de caballerías, Ediciones en el tiempo, la vida en el siglo XVII, sin olvidar una galería de imágenes, de música y de vídeos, que recuperan algunas de la joyas quijotescas diseminadas por los distintos departamentos de la Biblioteca Nacional de España, sin olvidar su gran escaparate mundial que es la Biblioteca Digital Hispánica.
Un proyecto innovador, de gran calidad –tecnológica, bibliotecaria, filológica y patrimonial-, que tiene como finalidad la de hacer accesible a todos los usuarios de la red la gran riqueza patrimonial que custodia y conserva la Biblioteca Nacional de España. Un proyecto que ha demostrado, una vez más, los cambios inevitables a los que nos conduce la tecnología informática, que está imponiendo una transformación en el modo de llevar a cabo nuestro trabajo científico.
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