Por Rita Tonelli
El valor del Coaching Ontológico reside en aprender a enfocarnos en lo mejor de las personas y cosas, y no juzgar lo peor. Te recuerdo que “mejor” y “peor” son juicios y por lo tanto válidos solo para nosotros mismos. Esto me lleva a ampliar los míos propios. Considero lo “mejor” aquello que me muestra algo para aprender, algo que me sirve para mejorar mi vida, algo que emociono desde la admiración o la posibilidad de avanzar en mi camino.
Miguel Ruiz, el autor de los Cuatro Acuerdos Toltecas y su hijo, José Ruiz, dieron un paso más publicando hace alrededor de tres años, El Quinto Acuerdo.
Publiqué en este mismo blog, Los Cuatro Acuerdos Toltecas, Primera y Segunda Parte dando a esos artículos el enfoque del Coaching Ontológico. Cuando leí El Quinto Acuerdo vi con placer que ese enfoque fue el de los autores, en esta oportunidad. ¡Celebro eso!
El Quinto Acuerdo dice: “Sé Escéptico Pero Aprende A Escuchar”. Y está relacionado íntimamente con el Tercero: “No supongas, no des nada por supuesto”.
Lo importante aquí –como siempre- es el significado que puedas interpretar… Y para ello, considero que son necesarias algunas aclaraciones.
“Ser Escéptico” se refiere a abandonar la postura de creer que vos sabés cómo las cosas son y de que tu verdad es la única.
Si no hay lugar a dudas, no hay posibilidad de cambio y por ende, de mejoras.
¿Quién te dijo que lo que vos decís es así?
¿Con qué avalás la certeza de que tu pensamiento es el único posible?
¿Cómo sabés que las cosas no pueden ser de otra forma?
Quien no duda, no reflexiona; quien no reflexiona, no ve, permanece en la ceguera, la perplejidad y el error. Al Ghazali.
“Las cosas no son como las vemos sino que las vemos como somos.” Postulado del Coaching Ontológico.
Los seres humanos pasamos por el filtro de nuestra estructura psico-física-mental, nuestras creencias e historia de vida todo lo que percibimos.
¿Cómo podemos no tener dudas?
¿Sos la única persona en este universo?
¿Cómo piensa el otro?
¿Tiene tu constitución, tu historia, tus creencias?
¿Quién determina quién tiene razón?
Si podés darte cuenta de esto, lograrás la postura de aprendiz permanente, la que te lleva a una apertura hacia lo nuevo, te permite evolucionar hacia un camino de paz y equilibrio con vos mismo.
¿Podés imaginar cómo serían tus relaciones si tuvieras presente que los demás piensan diferente y que eso no implica que vos o ellos sean los dueños de la verdad? ¿Cuánto enojo se evitaría?
Sostener ese umbral de escepticismo no debe confundirse con la falta de credulidad y credibilidad. Con la falta de confianza en uno mismo. Se aplica estrictamente a desafiar nuestra convicción de que el mundo es lo que nosotros vemos.
Las convicciones suelen ser cárceles. Frederick Nietzsche
Aquí aparece otro enemigo, la tozudez, la terquedad, la obstinación.
A veces, estamos vislumbrando, empezando a percibir lo que significa hacer este cambio de observador y entonces, sobre todo en personas de carácter fuerte, salta el ego que dice… “Pero… vos que sos tan determinado, ¿qué te pasa ahora que ya no estás seguro?” ¡Alerta!
Si bien los autores decidieron usar la preposición “pero” en el título del libro, “Sé Escéptico Pero Aprende A Escuchar”, mi interpretación se enfoca en “y” en ese lugar.
Digo esto porque relaciono ambas acciones. Si soy escéptico en relación a mi forma de ver, abro mi mente a la posibilidad de escuchar. Este es mi punto de partida para las observaciones que te comparto a continuación.
Cuando tener una opinión respeta la opción del otro de opinar distinto, puedo atender a la forma del otro… ¿Cómo? ¡Escuchándolo!
La escucha es la parte activa del lenguaje, también de la comunicación. Conectar es consecuencia de saber escuchar.
El escuchar es el factor fundamental del lenguaje. Hablamos para ser escuchados. El hablar efectivo sólo se logra cuando es seguido de un escuchar efectivo. El escuchar valida el hablar. Es el escuchar, no el hablar, lo que confiere sentido a lo que decimos. Por lo tanto, el escuchar es lo que dirige todo el proceso de la comunicación.
Rafael Echeverría
Escuchar es entender el significado que una palabra, tiene para los demás.
¡Te desafío a hacer una prueba!
¡Pensá en alguna palabra que para vos tenga un significado claro! Decile una frase con ella a otra persona y preguntale qué entendió. Puede ser que más o menos coincidan pero también puede ser… -¡Y es lo más probable!- que no sea así… ¿Quién tiene razón?
Para escuchar… ¡Es necesario que te calles! ¡Sí! ¡Que te calles! Y si querés emprender este aprendizaje, al principio, quizás tengas que apretarte los labios cerrados con una mano. Es espontáneo interrumpir, y esto también es obra de nuestro ego.
Una vez vi una tarjeta que decía:
No me gusta que me hablen cuando estoy interrumpiendo.
En la transparencia en que vivimos…
Los seres humanos hablamos sin pensar y sin seleccionar nuestras palabras…
Primer Acuerdo Tolteca: Honra Tus Palabras.
Re-accionamos emocionalmente, sin control inteligente y cuando alguien nos contraría con su opinión, creemos que nos está atacando a nosotros, específicamente.
Segundo Acuerdo Tolteca: No Te Tomes Nada Como Personal.
No tenemos el cuidado de chequear nuestra escucha, dando por cierto y verdadero lo que escuchamos, es decir, suponemos que hemos entendido. A partir de allí, elaboramos una interpretación que damos por cierta y que la mayoría de las veces, no tiene nada que ver con lo que él otro quería transmitir.
Tercer Acuerdo Tolteca: No Supongas, No Des Nada Por Supuesto.
Nos justificamos excusándonos cuando nuestros resultados son inferiores a lo que podríamos haber logrado. “Hice lo que pude”… ¿Te suena?
Cuarto Acuerdo Tolteca: Haz Siempre Lo Mejor Que Puedas.
Al dar por supuesto, estamos activando la certidumbre, la seguridad total de que lo que pensamos y creemos es la verdad. No reparamos en la característica de individual que tienen nuestros juicios. Dejamos de lado la duda productiva con respecto a nuestra omnipotencia, esto bloquea nuestra escucha efectiva.
Quinto Acuerdo: Sé Escéptico Pero Aprende A Escuchar.
¿Qué valor das a estos Acuerdos?
¿Podrían ser la base teórica sobre la que adquirir hábitos que nos hagan felices?
Por el placer de compartir.
Vía: http://ritatonellicoach.com.ar
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