El rastro del miedo – Laura Griffin

Sinopsis:
La artista forense Fiona Glass es la mejor en su campo, pero necesita un cambio. Su habilidad para interpretar los recuerdos de las víctimas de brutales ataques la lleva a recrear los rostros de sádicos criminales, lo que ha acabado por pasarle factura. Solo la tenaz insistencia del jefe de policía Jack Bowman consigue que posponga su decisión.
Jack está intentando dar caza a un asesino en serie que se dedica a secuestrar a adolescentes. Pero lo que parece una tarea sencilla acaba complicándose, sobre todo por la abrasadora atracción que siente por la tentadora Fiona.
Jack jamás quiso que Fiona acabara tan profundamente involucrada en el caso… ni en su vida. Y ahora que el asesino la tiene en el punto de mira, la única manera de mantenerla a salvo es desentrañar los más oscuros secretos de un pequeño pueblo, secretos que han dejado un rastro realmente aterrador…

Opinión personal:
«El rastro del miedo» es la primera novela que nos llega de Laura Griffin. Me llegó recomendada, así que no me paré mucho a leer la sinopsis y no tenía muy claro lo que iba a encontrar, a parte de ser una novela de suspense.
Como en la mayoría de este subgénero, el suspense se come la parte romántica de la novela, cada vez estoy más acostumbrada y, si me mantiene intrigada, esta falta de equilibro me importa cada vez menos, pero para mí, es más un thriller que una novela romántica.
Fiona Glass está en un punto delicado de su vida. Compagina su pasión por la pintura con la colaboración con diferentes entes policiales dibujando el retrato robot del sospechoso. Es una mujer decidida y de fuerte carácter, pero con la dulzura y la empatía necesaria para entablar una estrecha y provechosa relación con los testigos, personas que muchas veces acaban de tener una vivencia horrible. Estas relaciones son su punto débil pues, al mismo tiempo que cada día siente que no puede más y que lo tiene que dejar para descansar, no encuentra las fuerzas necesarias para decir «no», sabiendo el empuje que su ayuda puede dar a los casos. Es una mujer con un pasado que la hace sentir culpable, poco sabemos de él, y me ha quedado la sensación de que la autora se meterá mucho más de lleno con este tema en la segunda novela de la serie, la historia de la hermana de Fiona, Courtney,  pero está claro que hay temas que la han marcado. Ahora vive demasiado centrada en su trabajo y quizás, ese sea el motivo de sus recientes relaciones fallidas.
Jack Bowman es un hombre tenaz. Después de trabajar varios años en Houston, un hecho importante en su carrera policial provocó que volviera a su tierra natal, a la supuesta vida tranquila de un pequeño pueblo. Es un hombre responsable, sumido en su trabajo, que tiene poco tiempo para distracciones. El tiempo no corre de su parte y encontrar al asesino se ha convertido en su principal y único objetivo. Es un personaje extraño, en algunos momentos me ha resultado de lo más frío, pero tiene algunos detalles que me han gustado. Es un hombre acostumbrado a llevar el mando y eso se dejará ver a lo largo de toda la novela. En un principio se intentará mantener distante, pero pronto, en cuanto admite que siente una fuerte atracción por la artista forense, cambiará rápidamente de actitud.
En mi opinión, la autora nos facilita poca información sobre los protagonistas. Es cierto que no es necesario para el desarrollo de la historia y que, con esos suaves trazos, quedan patentes tanto su personalidad como sus prioridades, algo que no todas las autoras consiguen. Pero a mí me hubiera gustado conocer algo más sobre ellos, sobre todo de su pasado. En general, son dos personas bastante corrientes, a parte del trabajo que cada uno desempeñan. Casi sabemos tanto sobre ellos, como de los personajes secundarios que los acompañan en sus investigaciones, es posible que como en muchas primeras entregas, se de más importancia a secundarios que luego tendrán su propia historia.
A pesar del corto tiempo en el que surge su relación, no puedo decir que me haya parecido forzada. Empiezan primero estrechando lazos a nivel profesional, y acompañando a la atracción que sienten desde un primero momento, va creciendo el respeto que sienten hasta dejar aflorar esos sentimientos carnales. Creo que deja patente que ambos actúan y toman ciertas decisiones en momentos en los que su adrenalina tiene un nivel considerablemente alto y que ciertas circunstancias que pueden justificar un comportamiento que, en más de una ocasión, a ellos mismos les sorprende aunque, desde luego, no podemos afirmar que el comportamiento de Jack, ni aún al final de la novela, resulte romántico.
La trama resulta interesante, acaso se le podría haber sacado más partido dando mayor profundidad a ciertos temas que quedan latentes pero, en global, relaciona bien el pasado con el presente y está bien hilvanada. Laura Griffin tiene un estilo ágil y una forma de escribir que facilita mucho la visualización de las escenas. Lo suficiente detallista para situar al lector en el ambiente, pero sin llegar a excederse en detalles. Juega con bastantes personajes secundarios que aportan una mayor credibilidad a los sucesos. Durante todo el libro el ritmo se mantiene bastante constante, va dando las pistas de una forma paulatina y se van desvelando pequeñas particularidades que no cierran el cerco en torno al asesino hasta prácticamente el desenlace final, al que da un mayor ritmo. Algo que me ha gustado y me ha llamado la atención son las reflexiones de ambos en relación a sus sentimientos a la hora de afrontar estos sucesos. No suelo encontrarme con los sentimientos de los protagonistas de novelas de suspense, que muchas veces parecen poco afectados por el horror de lo que están viviendo, Y en esta novela, es algo que la autora nos muestra, por un lado la intranquilidad, y la frustración de Jack  y, por otro, los sentimientos a flor de piel que acompañan a Fiona en todo momento.
En su conjunto «El rastro del miedo» me ha gustado. Es posible que me esperase mayor peso de la parte romántica y, en mi opinión, la trama hubiera ganado mucho con una participación más palpable del culpable. Pero no se puede decir otra cosa cuando una novela te atrapa y te dura tan solo un par de días. He terminado bastante satisfecha de su lectura y me ha dejado con muchas ganas de leer la historia de Courney.   

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Gracias a Phoebe por el envío del ejemplar
Pepa