Revista Diario
Hoy le hemos presentado al Peque al Ratoncito Pérez. No, no, sus dientes siguen en su sitio, y así espero que estén al menos dos añitos más. Pero hace un rato se mostraba muy preocupado porque su profe les dice en clase que si los niños comen muchas chuches se les pueden caer los dientes. Un poco radical la explicación sí, pero oye surte algo de efecto.
El caso es que me ha preguntado que cuándo se caen los dientes. Algunos niños de nuestro entorno, algo más mayores, están en pleno proceso de caída, y supongo que por eso ha venido la curiosidad.
Así que, como soy partidaria de estas historias infantiles, me he dispuesto a contarla. Creo que no tiene nada de malo la imaginación, favorece la creatividad y la ilusión. Y no, no pienso que haya una decepción posterior al enterarse que era un pequeño truco de los padres. En mi infancia no me supuso ningún trauma y sí muchas alegrías, sorpresas y sonrisas.
Me ha escuchado muy atento, boquiabierto, ilusionado y sonriente. Al principio le ha debido dar como grima y hasta se ha echado la manita a la boca. Después le he explicado que sus dientes se llaman "de leche", y se deben caer para que le salgan los dientes grandes, como los de papá y mamá.
"Entonces, cuando un diente se te caiga, lo pondremos debajo de la almohada, y vendrá el Ratoncito Pérez (que colecciona dientes), cuando duermas, y se lo llevará. A cambio te dejará un regalito pequeñito".
No daba crédito, mi niño. "Y me dejará un coche, un camión de bomberos, un,.....".
Menos mal que aún faltan 2 años y para ese entonces espero que comprenda bien lo que significa un "regalo pequeñito".
La presentación está hecha, y lo más importante, él ya sabe que dentro de un tiempo sus dientes se caerán, que es algo normal, que les sucede a todos los niños, y eso significará que se hace aún más mayor. Como crece mi chico.