El título del libro "Fútbol: Fenómeno de Fenómenos" no lo escogí por casualidad. Cuando empecé a investigar hace 6 años sobre la incidencia en todas las esferas de la vida de 22 personas vestidas de corto en un espacio de alrededor de 100 metros de largo por algo más de 60 de ancho, me quedé sorprendido de todo lo que fui descubriendo; pero además, esa incidencia (en la política, economía, sociedad, cultura...) no se limitaba a un espacio geográfico concreto sino que era mundial, en todos los rincones del planeta.
Entre las cosas que llaman la atención es el impacto del club del Real Madrid en el mundo. Aquí dedicamos un post con el título: "¿Qué representa el Real Madrid en el mundo?".
Es el club más rico (por encima de 370 millones de ingresos ordinarios), que ha fichado al jugador más caro de la historia del fútbol (94 millones de euros por Cristiano Ronaldo), que cuenta con más de 400 millones de seguidores en el planeta con cerca de 2.000 peñas afiliadas al club, que ha dado lugar a un business case en Harvard, cuyo estadio Santiago Bernabéu es visitado por más de 600.000 personas al año, y que es más conocido que la ciudad de Madrid o que España.
Lo último se ha producido hace unas horas cuando la israelí Ada Yonath, Premio Nobel de Química, y cuarta mujer que gana un Nobel de Química en toda la historia de estos premios ha dicho: "El Real Madrid interesa más que nada que podamos descubrir" (ver As, 08/12/09).
El fútbol es, sobre todo, ilusión, y para algunas personas, su única ilusión; su ilusión de sentirse ganador, de tener orgullo, de participar de una entidad respetada en la escena internacional (ver el post "Futbolitis").
En épocas de la dictadura española, cuando España fue sometida a un boicot diplomático por parte de Naciones Unidas, el club merengue contribuyó notablemente con su buena actuación en la Copa de Europa a mejorar la imagen del país en el exterior lo que le ha valido para alcanzar ese respeto internacional. Muchos son los ejemplos donde se exhibe al club de Chamartín como “embajada ambulante”. El miércoles 21 de octubre de 1959, José Solís Ruiz, Ministro Secretario General del Movimiento –autor de la famosa frase “menos latín y más deporte”–, dirigiéndose a los jugadores blancos después de la victoria al Luxemburgo Jeuneusse d´Esch por 5–0 en partido de Copa de Europa, mostraba su satisfacción por este motivo: “Vosotros habéis hecho más que muchas embajadas desperdigadas por esos pueblos de Dios. Gente que nos odiaba ahora nos comprende gracias a vosotros, porque rompisteis muchas murallas. Vuestras victorias constituyen un legítimo orgullo para todos los españoles, dentro y fuera de nuestra patria. Cuando os retiráis a los vestuarios, al final de cada encuentro, sabed que todos los españoles están con vosotros y os acompañan, orgullosos de vuestros triunfos, que tan alto dejan el pabellón español”.
Las palabras de Fernando María Castiella, Ministro de Asuntos Exteriores entre 1956–69, confirman esta idea: “El Madrid ha constituido la mejor embajada que hemos enviado al extranjero”. Distintos escritos resaltan la importancia del club merengue en la historia de España durante los años de aislamiento internacional. Como recoge Ducan Shaw en "Fútbol y Franquismo": “Los tres acontecimientos decisivos del periodo que va de 1950 a 1960 fueron la firma del Concordato con el Vaticano, el pacto con Estados Unidos y las cinco Copas de Europa. Se puede afirmar que Pío XII, Eisenhower y Bernabéu llevaron a España a ser un miembro de pleno derecho en la comunidad internacional”. Ahí es nada.