Richard Ford.
Dice Ford: "El realismo sucio fue un inocente truco publicitario". Y sí que lo es. La verdad, como lector, no me identifico con esta clase de literatura. Bukowski no ha llegado, y Ford se quedó a mitad de camino... Juan Carlos Galindo hace una gran entrevista a Richard Ford para el diario El País de España, a propósito de su nuevo libro "Mi madre". Entre otras cosas, cuenta cómo Héctor Abad Faciolince le influenció escribir esta novela. Quién lo creyera. Si no lo dice Ford, no lo creería:
P. Concibe el relato de la vida de su madre como un "acto de amor" y el resultado es una historia incompleta y en cierto modo inexacta que es al mismo tiempo totalmente verdadera en la medida en que el escritor lo recuerda así. ¿Cuán importante es la memoria en este libro?
R. Por supuesto que es incompleta. Es su vida, no la mía. Y la memoria es imperfecta e incompleta en sí misma. Lo más importante es decir qué pasó y no inventar lo que nunca ocurrió. Es un acto de amor porque la escritura es algo significativo e importante y es mi manera de dedicarle esto.
P. ¿Hablar de la vida de su madre sirvió de terapia? ¿El escritor que surge después de este libro es distinto?
R. No me gusta usar la palabra "terapéutico". Hacerlo es subestimar el acto de escribir, que es un comportamiento muy complejo y que sume al escritor en una variedad de posibilidades obvias y no obvias. Y, sin embargo, probablemente no haya ninguna manera intensa de involucrarse en esto que nos deje tal como éramos antes de empezar.
P.
Mi madre fue publicado en 1988 y durante ese tiempo y después de El periodista deportivo (1986) no publicó mucho. ¿Su proceso creativo sufrió tras su muerte?
R. Primero, soy un escritor lento. Nada de lo que hago sería mejor por hacerlo rápido. La muerte de mi madre (en 1981) fue seguida inmediatamente por el inicio de El periodista deportivo y la elaboración de las historias de Rock Springs. Escribí El periodista deportivo alimentado de alguna manera por la fuerza del dolor por la muerte de mi madre. Sí consiguió algo, su muerte me llevó a retomar la escritura de manera más intensa y exitosa. A pesar de que estaba muy triste, sé que estaba experimentando emociones fuertes, y usé esa fuerza en mi escritura.
P. Héctor Abad Faciolince, escritor colombiano autor de
El olvido que seremos y Traiciones de la memoria, dos homenajes a la figura de su padre, asesinado por militantes de la extrema derecha colombiana, subraya en varias ocasiones la paradoja, para él dolorosa, de escribir para un destinatario que ya no puede leerlo ¿Experimenta lo mismo?
R. Lo que hubiera deseado no es tanto que mi madre tuviera que leer lo que escribí sobre ella sino que pudiera saber que su vida tuvo consecuencias e influencia, no solo en mi vida sino en la vida de otros que han leído acerca de ella. Me gustaría que supiese que fue admirada, recordada y querida.
P. ¿Cómo ve a la clase media americana de hoy en día? ¿Es muy distinta de la que sirve de sustento a novelas como
El Día de la Independencia o Acción de Gracias?
R. Lo siento, no tengo una respuesta a eso.
P. ¿Qué opina del realismo sucio? ¿Se considera parte de ese grupo de autores?
R. No pienso para nada en ello. Fue un inocente truco publicitario. Nadie se lo tomó en serio, aunque proporcionó grandes y duraderas audiencias a los escritores a los que pretendía promocionar. Pero nunca fue pensado para ser tomado en serio. En ese sentido fue como el movimiento dadá.
P. Escribió
El periodista deportivo, la novela que le dio la fama, después de no ser contratado por la revista Sports Illustrated. Acto seguido pasó por Granta y otras publicaciones ¿Cuál es su relación con el periodismo como escritor y lector?
R. Todavía hago algo de periodismo. En Europa he tenido la suerte de poder escribir acerca de la política en varios periódicos importantes. Leo prensa todos los días y le doy mucho valor. No leo blogs u otras cosas en Internet, son demasiado ilegibles.
P.
Acción de Gracias está enmarcada dentro de la disputa entre Al Gore y George W. Bush que termina en un desastre para la democracia estadounidense y en una enorme pérdida de prestigio para EE UU en el exterior. ¿Es Barack Obama el líder que EE UU necesita?
R. Obama es, sin duda, el líder que necesitamos. Su presencia en la escena nacional ha permitido que importantes fuerzas opuestas hayan salido a la luz y el resultado de eso será la reconciliación. Es inteligente, amable y también falible y lo sabe. Ya ha cometido muchos errores que yo desearía que no hubiera cometido, pero todavía le apoyo.