El reconocimiento

Hace referencia a la activación que tiene lugar cuando algo nos produce cierta familiaridad y nos permite emitir un juicio de reconocimiento.

Cuando vemos una cara de una persona conocida normalmente experimentamos una sensación inmediata de re-conocimiento de que esa cara la hemos visto antes en algún sitio.

Por ejemplo, es la base de las llamadas ruedas de reconocimiento a las que suelen enfrentarse los testigos en alguna investigación criminal.

O cuando un estudiante se enfrenta a un examen sobre alguna materia con tres posibles alternativas de respuesta entre las que debe elegir la que estima correcta y parece que una de esas alternativas le dice algo ya conocido.

Cuando la policía pide a un testigo que describa los rasgos de la cara de un delincuente estaríamos hablando de pruebas de reconocimiento.

Si se le pide a un estudiante que nos defina un concepto o que nos responda una pregunta de desarrollo en algún examen de cualquier materia entonces estaríamos solicitando una prueba de recuerdo.

Esta activación que da lugar al reconocimiento nos puede jugar malas pasadas.

Si presentamos a una persona una serie de fotografías de caras para su estudio y luego hacemos una prueba de reconocimiento en la que previamente combinamos las caras al azar de esa serie con otra serie de caras nuevas, es posible que muchas caras de la primera serie no sean reconocidas y que alguna de las caras de la serie nueva diga que sí las reconoce.

Pero además estos errores van a variar considerablemente dependiendo de las circunstancias incluso las ajenas a la memoria y en las que puede influir, por ejemplo, la motivación de un testigo en una rueda de reconocimiento.

Así no es tan fácil explicar el reconocimiento sólo por la activación de un ítem que nos permite reconocer en este caso, esa cara, sino que existe un complejo sistema de procesos que interactúan para que el reconocimiento sea un éxito.

Pronto, otro artículo en Como mejorar la memoria.

Espero vuestros comentarios.