Habíamos presentado hace unas pocas fechas la descripción pormenorizada del primer alto de la Marcha de Abraham Olano, que se celebrará en Guipúzcoa el próximo día 29 de julio de 2014. Un puerto de Bidania que, más que calentar las piernas supondrá un calentón para muchos de los participantes por sus rampas y la enorme velocidad a la que se suele empezar este tipo de pruebas.
Una marcha para escaladores
El caso es que después de la bajada de Bidania se empezará a subir casi sin solución de continuidad el siguiente puerto, el Alto de Santa Ágeda, que es también el techo de la marcha. Una constante a lo largo de todo el recorrido esta falta de descanso, que se dejará notar en las piernas de los participantes y que dará un plus de dureza a una sucesión de subidas que cuentan por sí mismas con suficiente entidad. Solamente seis kilómetros de relajación que apenas permiten respirar un poco y bajar de pulsaciones antes de llegar a Nuarbe, localidad donde comienza el puerto de Santa Ágeda.
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Nos encontramos aquí ante una subida bastante seria, tanto por su longitud, que prácticamente llega a los nueve kilómetros de longitud, como por sus pendientes, que alcanzan una nada despreciable media del 6,5 por ciento. Media engañosa, no obstante, dado que el kilómetro central del alto es prácticamente llano, por lo que de hecho nos encontramos ante un puerto que apenas baja del siete por ciento y cuenta con puntas de hasta el doce.
El primer kilómetro es junto con el central y el último el más suave, llegando por poco al seis por ciento y permitiendo ir cogiendo poco a poco el ritmo de subida. Algo que será importante, ya que los siguientes mil metros casi llegan al ocho por ciento de media y presentan una dura curva de herradura que habrá que afrontar de la forma más digna posible, por su alguien nos echa una foto en ese lugar, ¿no? Otros dos kilómetros rondando el siete y el ocho por ciento, con una rampa durísima al doce por ciento al paso por unos caseríos nos dejarán ante el gran descanso del kilómetro central, casi ochocientos metros de llano que debemos aprovechar para soltar piernas y coger algo de resuello…si nuestros compañeros nos lo permiten. Si no es así, plato grande y a apretar con el corazón latiendo en las sienes.