El recorrido de la Marcha cicloturista La Reina Road (II)

Continuamos aquí contándote cómo es el recorrido de esta atractiva marcha cicloturista La Reina Road, desvelándote todos sus secretos, sus cuestas, sus baches. Todo para que, como te comentamos siempre, luego no puedas poner como excusa el desconocimiento del recorrido si te sale mal. No, no, si no puedes subir algún puerto y te quedas desfondado a media subida la culpa es tuya y solo tuya, por no haber entrenado lo suficiente. Que es que eres un vago, hombre, un vago…

En la anterior entrada nos habíamos quedado en pleno pueblo de Monteviejo, superado ya el primer puerto del día y a punto de afrontar el segundo, el llamado Puerto del Pando. Pues allá vamos con él.

Nos encontramos ante un puerto relativamente asequible, pero que es más duro que el anterior, algo que será una constante en el recorrido de la marcha. Es decir, el siguiente puerto siempre será más duro que el anterior, por lo que la dureza acumulada siempre va a ser creciente. En otras palabras, un tormento. En otras palabras más ciclistas, la clave aquí es que guardes, guardes y guardes, subiendo siempre los puertos con un desarrollo ligeramente más suave del que crees que vas a necesitar para estas rampas. Porque, puedes creernos, en el futuro vas a necesitar esas fuerzas extras que se utilizan para ascender con un piñón fuerte…así que no te avergüences y cálzate el piñón del 23 o el 25 para subir por esta preciosa carretera.

El Puerto del Pando es una subida bastante regular, que no presenta rampas imposibles pero que se mantiene siempre en una dureza constante, entre el seis o el siete por ciento, a lo largo de sus cinco kilómetros de longitud. En otras palabras, un segunda blandito, pero que debes de afrontar, no pararemos de recordártelo, con el máximo respeto.

Las buenas noticias es que la carretera tiene un firme mucho mejor que en la anterior bajada, lo que ayuda a que la bicicleta deslice sin problemas. Además, las vistas son esplendidas, por lo que la ascensión se hace muy amena. Vamos, que es un puerto delicioso de ascender.

El descenso tiene seis kilómetros y se hace muy rápido, más por la buena carretera que por la pendiente, que no es demasiado empinada. Por eso este es un punto ideal para dejarse caer y avanzar sin dar pedales y sin gastar. Eso sí, ten cuidado con una curva muy cerrada, bastante traicionera, a la altura del cruce que lleva a Nuestra Señora de las Nieves, porque puedes comértela si no vas demasiado atento. Por lo demás este es uno de los tramos en los que disfrutarás como un enano sin llevar tus pulsaciones hasta el límite.

Una vez terminado el descenso seguiremos por una carretera con buen asfalto y en terreno francamente descendente, uno de esos valles en descenso que tanto nos gustan cuando bajamos pero tan incómodos se hacen al subirlos. Si no entra el viento de cara en esta zona podrás rodas a grandes velocidades sin apenas dificultad, guardando todas las fuerzas que puedas…porque, no nos cansamos de repetirlo, te van a hacer falta.

Mañana continuamos describiéndote todos los pormenores de esta atractiva marcha cicloturista. Piensa que, pese a todo lo que llevamos ascendido no hemos llegado siquiera a la mitad del recorrido…así que tienes que estar preparado…