Revista Ciclismo

El recorrido de la Marcha Contador (III)

Por Rafael @merkabici
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Sigue pedaleando con nosotros a través de todos los secretos que encierra la Marcha Alberto Contador en su versión Gran Fondo y muéstrate completamente preparado para completarla sin problemas el próximo mes de junio en Cantabria.

Habíamos dejado en el anterior artículo a los cicloturistas descendiendo el Alto de la Fuente de las Varas por una carretera revirada pero magníficamente asfaltada. Ese descenso se termina en la bella población de Matienzo, enclavada entre montañas que debes escalar forzosamente para salir de un valle completamente cerrado. Así que a ello nos aprestamos.

Y es que en la misma Matienzo empieza el siguiente puerto del día, seguramente el más suave de los tres, llamado de La Cruz de Usaño. Este puerto es uno de esos que da gusto subir, poco duro, con un buen descansillo en su parte central, carretera en perfecto estado y unas vistas impresionantes. Eso sí, debes de tener en cuenta que el cansancio acumulado a través de los kilómetros tal vez te hagan ver este pequeño altillo como un infierno si no has sido suficientemente prudente en tus desarrollos y ritmos elegidos.

La tan ansiada cima

La tan ansiada cima

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En el mismo Matienzo empezaremos el puerto de la Cruz de Usaño con una rampa sostenida al diez por ciento, que se extiende durante un centenar de metros, y un kilómetro algo por encima del siete por ciento de pendiente media. Es decir, un pequeño apretón, pero mínimo, ya que el siguiente medio kilómetros será de llano, pudiendo descansar las piernas y aprovechar para contemplar el muy peculiar paisaje que se abre ante nuestros ojos. Aquí no hay bosques sino sensación de alta montaña, con praderías y picachos calcáreos (llamados rejos en la zona) asomando aquí y allá.

Después de este desansillo queda tan sólo otros mil quinientos metros hasta la cima, con una pendiente que alcanza casi el ocho por ciento y que tiene en una fuerte rampa al diez su punto culminante. Cabeza y filosofía serán muy importantes en este punto, por cuanto hay que pensar que aun queda escalar el puerto más duro del día, y hay que guardar las piernas lo más enteras posibles.

Descenso rápido y espectacular

Descenso rápido y espectacular

El descenso hasta Ogarrio es tan rápido como revirado, aunque con carretera en perfecto estado. A base de curvas de herraduras y pequeños recodos enlazados bajaremos a toda velocidad, con una pendiente media superior a la de la subida, hasta el lecho del río Asón. Para esta bajada valen las precauciones señaladas con anterioridad, ya que si el día está nublado puede tener zonas húmedas, y si llueve resulta bastante peligrosa. Así que nada mejor que tranquilidad y cabeza, de nuevo.


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