El recuerdo de Ayrton Senna a 20 años de su muerte, el piloto que cambió la F1 para siempre

Se cumplen 20 años del terrible accidente en Imola que le costó la vida al piloto más carismático de la historia y sacudió el automovilismo mundial. Su leyenda y legado nunca serán olvidados.

El shock provocado por la muerte de la máxima estrella contemporánea de la Formula 1 enmudeció al mundo entero. ¿Cómo podía ser que ese tipo que rozaba la perfección conductiva en las pistas y que irradiaba un aura mística al caminar, hubiera perecido como cualquier mortal?

La muerte de Senna fue de esos sucesos que marcaron una era y que trascendieron al deporte en sí mismo. Por eso un fanático puede recordar con exactitud dónde estaba cuando recibió la noticia de su muerte, de la misma forma que lo tiene presente otra persona que en su vida vio una carrera de autos. Fue tapa mundial y los medio del mundo hablaron de la muerte de Ayrton Senna

Por un momento todos, lo que tenían predilección por el brasileño o aquellos que no se identificaban con su personalidad, tuvieron el mismo pensamiento: 'Le podía pasar a cualquiera, pero no a él'.

¿Quién fue Ayrton Senna?  Sin dudas un distinto. Pero con él astro brasileño sucede lo que con otros casos de personalidades tan fuertes. Aun varios años después de su muerte, se sigue hablando de él en tiempo presente. Entonces la pregunta frecuente se transforma a menudo, casi inconscientemente en un ¿quién es Ayrton Senna? un distinto, pero no solo por lo que hizo en las pistas, sino además por su legado de superación y amor por hacer bien hecho lo que amaba. Así supo ingresar en la galería de los únicos e irrepetibles, destacándose en una disciplina como la Formula 1 que en 65 años de historia ha inmortalizado a grandes nombres.  El de Ayrton es uno de esos casos.

Obstinado, perfeccionista, de profundas convicciones, amante de su patria y ganador nato. Esos y muchos más adjetivos definen a un deportista que marcó una era en la Formula 1 y que dejó su impronta en una época donde los medios ya ponían en vivo y en directo sus hazañas en cualquier punto del planeta.

¿Qué tenía ese joven brasileño para generar tanta atracción? Precisamente esa contradicción de ídolo infalible con la imagen de un tipo con las contradicciones de un simple mortal.

Aun hoy, dos décadas después de su muerte,  sigue siendo la musa inspiradora de jóvenes aspirantes a piloto de todo el mundo, generaciones enteras de deportistas nacidos incluso después de aquel 1 de mayo de 1994, fecha que marcó un antes y un después en la matriz deldeporte, veneran esas cámaras on board con ciertas imperfecciones, típicas de la tecnología de la época, yendo más y más allá del límite, o la sensibilidad y destreza que parecían potenciarse aún más cuando una carrera se disputaba con lluvia.

De repente, ganado y liderando una carrera se rompe el hechizo y la fragilidad de la vida queda expuesta ante el muro de concreto, y la postal de silencio absoluto que enmudece cuando un auto se detiene después del golpe letal. Esos segundos son eternos, esos instantes de absoluta contradicción y suele ser también de lucidez. Quien observa se debate en lo que claramente está viendo y lo que no quiere que suceda.

La curva de tamburello en el Curcito de San Marino, un Williams que no estaba a la altura de sus necesidades, las falencias estructurales de los autos, un fragmento de la suspensión delantera que se desprende en el impacto y que atraviesa como una lanza el casco generando daños irreversibles. Todo es parte de una historia que supo de dedicación, de esfuerzos, de gloria y de leyenda, de un legado que gravita en todos las pistas del mundo.