Aquellos que piensen que lo
fundamental ha cambiado, se equivocan, y mucho. Los problemas de la nueva época
siguen acompañándonos a todos los españoles, resolverlos será durísimo. Y los de la nueva etapa del secesionismo ya veremos que nos deparan. Para
empezar podríamos reseñarlos, lo cual a
día de hoy ya encuentra las primeras dificultades, porque implica aceptarlos
como tales y en el diagnóstico hay muchas diferencias de criterio, urgencia e
intensidad. Y muchos intereses contrapuestos.
Las preocupaciones de unos u otros
son diferentes; en este blog, ‘Arian seis’, particularmente interesan dos
grandes problemáticas que seguirán vivas afectando a toda la ciudadanía: 1) las
cuestiones que influyen en la mitad del movimiento pro independencia, personas
que sin ser independentistas apoyan hoy la independencia; mi interés se centra principalmente
en las que afecten a grupos e individuos de izquierdas o progresistas que
aceptan el argumentario y objetivos soberanistas, y pretenden que los demás
comulguemos con ruedas de molino xenófobas y neoliberales. Y 2) aquellas cuestiones
que tienen relación con un pobre sentimiento de ciudadanía española, de apoyo transversal
a España y lo español, conceptos, símbolos e historia tradicionalmente
apropiados por la derecha que expulsó a millones de españoles los cuales hoy se
sienten excluidos de la identificación y defensa del modelo de sociedad que podría
estar representado hoy en la Constitución, modelo que cada día se ve más
excluyente.
Esta segunda cuestión causa enorme extrañeza
a todos los extranjeros, ya que mientras en cualquier país del mundo se alarmarían
si alguien abucheara sus símbolos, los españoles vemos normal nuestro desapego
y desafección por símbolos, patria, cultura, historia… siempre que sean los
españoles, pero nos parece normal que partidos o movimientos revolucionarios,
progresistas o de izquierdas de cualquier parte del mundo, defiendan la patria
o similares. Aquí todo lo español es rechazado y etiquetado como facha,
cultura, bailes, músicas, historias, personajes, intelectuales… ¡Ojo si fueran
los nacionalistas periféricos! ellos construyeron afanosamente su particular identidad
local, cuando rechazábamos la nuestra común.
La idea fundamental es que ninguna
salida será tal, sin resolver el problema de fondo, considerar la construcción
de una identidad nacional compartida, inclusiva, deseada y aceptada por amplias
mayorías españolas, lo cual va más
allá de la ingeniería constitucional para la organización del estado. En esta
dirección escribía un interesante artículo Tomás Pérez Viejo ‘Un proyecto para España’, el 30-09-2014. El año anterior yo escribí sobre el mismo
asunto, aquí tienen la edición revisada: I.-Responsabilidad de las izquierdas en la construcción de un patriotismo democrático y II.- Las políticas excluyentes de las derechas.
Ambos puntos anteriores están interrelacionados
estrechamente; Con gran intensidad por las crisis que padecemos, -aunque no
solo, ya que en el pasado también se producía- individuos y grupos de
izquierdas son fácilmente permeables ante políticas nacionalistas, incluso represivas
ante los diferentes, muchas xenófobas y neoliberales: ‘España nos roba’ ‘Cataluña colonia, España metrópoli’ ‘pueblo catalán siempre
homogéneo en intereses y prácticas’ ‘Cataluña modernidad, España atraso’,
‘catalanes demócratas, españoles fachas’ ‘catalanes trabajadores, españoles
holgazanes’ y un largo etc. de argumentos ante los que suelen ser
comprensivos, cuando no utilizados para los fines soberanistas; con el gran
argumento central de la contraposición y desprecio que sienten por el
franquismo y la derechona española; como si España, historia, cultura,
vivencias compartidas,… hubieran sido inventadas por Franco.
Todo lo que se mueva con intereses diferentes
enfrentados al gobierno español, le conceden el marchamo de progresista, aunque
estén enfrentados también con el pueblo español. Los nacionalismos periféricos
son igual de carcas, religiosos, neoliberales, explotadores, que el resto, a
pesar de lo cual su historia y actividad política se perciben con imagen de modernidad
y democracia por mucha gente que no quiere ver que la derechona española, -
austriascistas y borbones, inquisidores, franquistas, nacionalcatólicos,
corruptos, neoliberales, fascistas, neocatólicos,…- estuvo formada antes y
ahora, tanto por catalanes, como por vascos, castellanos, valencianos, gallegos…
Gran parte de los problemas que
movilizan a cientos de miles de personas que sin ser independentistas van tras
los objetivos de independencia, residen
no tanto en los sueños catalanistas, como en que en el proceso creyeron ver una
luz que decía resolvería todos sus problemas si la seguían, sin grandes
esfuerzos y sin costes, festivamente. Esta enorme mentira populista de que la
secesión resolvería el paro, la deuda, los recortes, la calidad de la
democracia, la competitividad global, la corrupción, etc. etc. fue abrazada por
amplios conjuntos de población. Mientras el otro lado se inundaba de silencios,
mientras la gente clama la falta de proyecto colectivo, ya ni siquiera
ilusionante, simplemente un proyecto, que mostrara posibles salidas a tanto
problema acumulado, solo son visibles las enormes mentiras del PP que ni sus
seguidores creen.
En ambos lados del Ebro se discutió
muy poco de la crisis en sus inicios, ahora que se discute más, ya es pasado, la
crisis pasó. No saldremos de la crisis porque no existe como tal, considerada
como una fracción temporal transitoria que nos devolverá a entornos parecidos a
los de antes; estamos viviendo un cambio de época global que afecta a todos los
terrenos de sociedad española, en el que hemos retrocedido considerablemente y
nadie propone posibles caminos que nos pudieran resituar en el nuevo mundo y de
esta forma cuando al año que viene los problemas continúen y el paro siga instalado
por encima de cinco millones de personas, con menos gente cobrando y menores
prestaciones, y las desigualdades se agranden… los estallidos de los que
pretenden escapar a la realidad seguirán.
Todos queremos huir de tanta
corrupción y miseria, pero el camino de la fragmentación, del nacionalismo,
racionalmente no parece el adecuado, no creo que ofrezca mejores perspectivas el
defender que los ricos se separen o que decidan sobre sus impuestos; crear
enemigos entre vecinos no mejora las condiciones de vida; aceptar legitimidades
apoyadas en un pasado glorioso/mentiroso en vez de un compromiso constitucional
entre ciudadanos iguales limita libertades e igualdad…