Jordi Évole dedicó un programa de Salvados al papel del ciudadano en los países democráticos. Una de las entrevistas fue a Daniel Ordás, un político suizo de origen español, que explicó el papel de los referéndums en Suiza. Entre otras ideas, Daniel pone el dedo en la llaga: a veces el pueblo no decide lo que todos esperan, y así el pueblo decidió no ampliar las vacaciones, votó a favor de que las medicinas alternativas fueran financiadas por el Estado y también se autorizó el incremento del IVA.
Uno de los temas que más veces ha sido votado en Suiza es el modelo de sistema sanitario que quieren los suizos. El vigente sistema sanitario en Suiza se basa en un seguro médico básico obligatorio, en el que la asistencia es prestada por empresas privadas, aunque el "paquete básico" es común en todas las empresas y, en el caso de que la persona no pueda pagarlo, es el Estado el que se hace cargo. El hecho de ser obligatorio implica que si alguien no tiene seguro, es sancionado por la administración. Lógicamente, no todos los ciudadanos pagan lo mismo, ya que se aplican primas en base a edad, estado de salud del ciudadano, coberturas adicionales, etc.
En 2003, se realizó un referendum a favor de la iniciativa "Health at accessible prices", que proponía un sistema de seguro público, financiado en parte con la recaudación del IVA y también con la contribución del asegurado según sus ingresos. La iniciativa fue rechazada con el 73% de los votos.
En 2007 se realizó otro referendum con una iniciativa muy similar, llamada "For a single and social health insurer", y fue igualmente rechazada por el 71% de los votos.Como era de esperar, las aseguradoras han hecho lo que se espera de ellas: seleccionar riesgos y mantener los servicios sin mejorarlos mucho (la mejora a veces cuesta dinero) provocando que para el mismo paquete de servicios existan diferencias de precio de más del 100% de una aseguradora a otra. Estos y otros problemas fueron los que motivaron que en septiembre de 2014 se llevara a cabo otro referéndum para modificar el sistema sanitario suizo, implantando de nuevo un seguro público.
Tal y como analizan en este magnífico artículo publicado en Health Affairs ("Swiss popular initiative for a single health insurer… once again!"), la campaña de la oposición se basaba en el incremento de la intervención estatal en el sistema sanitario (con la clásica falacia de que lo público cuesta más que lo privado) y el riesgo asociado al cambio (imitando el refrán del "Más vale malo conocido que bueno por conocer"). Y envolviendo todos estos argumentos, el miedo a la nacionalización del sistema sanitario, sacando del baúl los fantasmas de las listas de espera y la situación de sistemas sanitarios como el inglés o el francés. Al final, la campaña, la polarización ideológica (si votas a favor, eres de los otros; si votas en contra, eres de los nuestros), acabó cambiando la opinión de los suizos como se observa en esta gráfica.
Lógicamente, como señalan acertadamente en el artículo de Health Affairs, los suizos no veían la sanidad como un problema: un país poco intervencionista, un buen nivel de salud, buen acceso a los servicios sanitarios y un nivel de renta elevado (lo que implica que a muchos ciudadanos no les importa pagar más para tener mejores servicios). Sin embargo, el hecho de que un 38% vote a favor ha provocado la aprobación de diversas leyes mejorando el sistema sanitario y evitando los abusos de las aseguradoras privadas.
Dos elementos para la reflexión:
(1) ¿Seríamos capaces de asumir una decisión adoptada en referéndum? ¿O sólo cuando el resultado fuera el que nosotros queremos? No siempre la elección popular es la que apoya la evidencia o la ciencia. ¿Qué ocurriría en España si se hiciera un referéndum sobre homeopatía?(2) Como señala este artículo breve del BMJ y el experimento de Gollust, Lantz y Ubel, incluso en temas de salud nuestra ideología y la presión social de los medios pueden hacer que nuestra opinión cambie ya que el sesgo ideológico acaba pesando tanto como nuestro propio razonamiento. En España, los partidos políticos intentan sacar tajada del día a día polarizando las opiniones, y así todo es conmigo o contra mi, blanco o negro. Un ejemplo de hace pocos días es la famosa web Madrid VO (por cierto, tremendamente parecida a Behind the Headlines), ya que los medios y los tertulianos han acabado adoptando los débiles argumentos de los partidos políticos, arrastrando a la opinión pública a un lado u otro.
En resumen, que Suiza es otro mundo...