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Llegará el día en que mis hijos descubran que les engaño pero, mientras tanto, yo me lo paso en grande. En Twitter sigo a muy poca gente conocida, la verdad, pero con Fernando Alonso y Ferrari he hecho una excepción. La razón es muy sencilla, de vez en cuando -sobre todo en periodo de carreras- les enseño sus tuits a los niños y les digo que me están escribiendo a mí personalmente. Les informo de que Fernando va a ir al gimnasio, de que ha hecho una salida buenísima y pasa del octavo al tercer puesto, de que van a cambiar las ruedas del coche porque hay lluvia… Yo me divierto muchísimo porque me encanta mentir y ellos están felices de pensar de que su madre tiene línea directa con el piloto. Como serán de crédulas las pobres criaturas que me piden que le diga que no se preocupe por no haber ganado, que le pregunte si el coche del año que viene va a ser el mismo, cuántas flexiones puede hacer sin parar… Y ahí me tenéis a mí, de “charleta” con Alonso cada dos por tres. Solo nos falta el cafetito.
De vez en cuando, como una tuitera friky mas, le pido que salude a los niños pero nada, no hay manera. Da igual, ellos están tan contentos.
Así que, cuando e otro día recibí este regalo de Maclaren, a mis hijos, que no saben la diferencia entre McLaren y Maclaren -vale, yo tampoco la sabía-, les hizo mucha ilusión pero no pareció sorprenderles en exceso: “Hala mamá, ¿también conoces a Hamilton?”
Sí, ¿no os lo había dicho? Pues se me habrá pasado. Lo conocí en Inglaterra… Es verdad que en mis tiempos de estudiante Hamilton no había nacido pero a ellos, eso, también les da igual.
Para que os quedéis tranquilas, por el ridículo que puedan hacer mis hijos en el cole hablando de estas cosas, les tengo dicho que estos contactos que tiene mamá hay que mantenerlos en secreto para que la “masa” no nos agobie demasiado. También, para vuestra tranquilidad, os diré que la primogénita ya no se creé nada de nada. Ya era hora.
El regalo, evidentemente, me lo ha enviado Maclaren, la firma de cochecitos, y no Mclaren, la de cochazos. Es el regalo con que se obsequió a los asistentes a la presentación del diseño de sillita que la firma ha creado en colaboración con BMW. Lo que viene siendo, supongo yo, una sillita de alta gama.
No perdáis detalle y fijaros en las ruedas. También he visto que se puede poner posavasos y la capota viene con ventanitas para que el niño pueda ver que a los mandos de la nave sigue estando su madre que no le ha dejado abandonado en la vorágine de las rebajas. La silla la han hecho en tres colores. Yo, por supuesto, me quedo con el “navy blue”.
Y ya no os cuento más de la silla porque servidora ya no está para este tipo de sillas de ruedas sino para otro. Os voy a hablar de los regalos que me han enviado que, esos sí, los he podido testar.
De estos tres muñecos, a mí me ha tocado el animal de compañía que mi hija -pre-adolescente- ha dicho que quiere para su habitación y es que mi hija siempre quiere todo para su habitación haciéndome sospechar, de una manera muy preocupante, que presenta indicios de un posible Síndrome de Diógenes. Supongo que querrá al animalito para que, en un futuro no muy lejano, haga compañía a Justin Bieber o a los chicos de One Direction, o ¡yo que sé!
Los jabones han sido el gran descubrimiento. ¿Vosotras sabíais que Maclaren tenía productos de higiene y limpieza? Yo no tenía ni idea pero he estado indagando y hay un montón de cosas. El día que os invite a mi casa podréis probar los jabones porque, huelen tan bien y es tal mi generosidad, que los voy a guardar para los invitados… O ya veremos porque, la verdad, a mí estas cosas me da un poco de pena estrenarlas y al final, digna madre de mi hija, las voy acumulando. Para ver todos los productos de belleza que tiene la firma podéis pinchar AQUÍ.
Para la información de la firma en España, éste es el enlace:
MACLAREN
Os diría feliz miércoles pero a estas horas solo puedo decir feliz tarde.
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