Por Ana María Constaín
Amadas hijas,
La navidad no es particularmente la época
del año que más me gusta
Sí, es una celebración, de luz, amor y
presencia. De buenos deseos. De compartir y celebrar la abundancia. Una época
de magia, sueños y esperanza.
En profundidad,
Pero amadas hijas,
No siempre vivimos en profundidad
Y entonces navidad a veces es una época
de celebraciones forzadas, regalos protocolarios, exceso de comida, consumismo
desmedido, agendas llenas para cumplir todas las expectativas. Bolsillos vacíos
para comprar aprobación. Actos generosos para limpiar culpas.
Amadas hijas,
Nos quedamos solo con la forma y no con
el fondo.
Porque rara vez podemos contactar con
nosotros. Con ese vacío que tan desesperadamente intentamos llenar.
Nos embarcamos en el ritmo que nos va
imponiendo el día a día.
Amadas hijas,
Esto también es parte de la vida
Aunque a veces me siento tentada a
alejarlas de todo esto,
Irnos lejos, muy lejos y evitarme la
presión, el cansancio, el tráfico, los días agitados
Aislarlas de los comerciales que venden
felicidad
y
de los deseos desmedidos de poner en ustedes niñas,
la esperanza de la
humanidad
Protegerlas de la necesidad que tenemos
de a través de ustedes
cumplir nuestros sueños frustrados
de alimentarnos de su alegría e inocencia
recordar épocas en donde todo era posible
Eso quisiera
No solo en navidad,
Siempre
Pero Amadas Hijas,
No hay un lugar suficientemente lejos en
donde podamos refugiarnos
Porque todo esto está en mi
Mi regalo
Eloísa y Matilde
Además de los juguetes de los que no voy
a privarlas por mis angustias
Es mi presencia
Y no hablo de la presencia de estar con
ustedes mucho tiempo
Jugando obligadamente
Renunciando a mi por un mandato de buena
madre
Mi regalo es mi presencia.
La presencia en mi. En mi ser esencial.
Esa presencia en la que puedo contactar
con quién soy y puedo verlas por quienes son.
Desde allí no importa donde esté. Lo de afuera es accesorio. Son formas de
mostrar lo que hay de fondo.
Mi presencia en el amor que soy y que
somos.
Cuando estoy allí veo a los demás de esta
manera
El vínculo, la conexión se vuelven
prioritarias.
Se hacen figura.
Lo demás son solo excusas.
Excusas humanas para encontrar eso que ya
llevamos dentro
Amadas hijas,
Mi regalo es mi eterno regreso a esa presencia.
A veces lo olvido
Y me confundo
Olvido lo verdadero y profundo
Me quejo,
Entro en resistencia
Eso que soy en ese momento es lo que veo
afuera
Eso genero a mi alrededor
No pasa nada,
Porque eso es ser persona
Estaré atenta
Para una y otra vez regresar a estar
presente
Eloísa y Matilde,
El sentido está en mi. La profundidad y
la conexión que anhelo están en mi.
Así que esa presencia que hoy les regalo,
La llevaré conmigo
Para invocar en mi la luz, el amor, los
buenos deseos. La generosidad y la abundancia, la magia, los sueños y la esperanza.
El nacimiento de la luz que surge cuando
estamos dispuestos a navegar en nuestra oscuridad.
Esté donde esté
Invocando eso mismo en todos y todo.
Este es para mi, el milagro de la Navidad.