Tenía un mecanismo de reloj de un pack de manualidades y aún me quedaban unas letras de madera así que pinte “El Reloj que marca la hora que quiere”.
No solo es libre de marcar las horas, si no que se para cuando él cree conveniente y vuelve a funcionar también cuando le da la gana.
Me dicen que pinté las manecillas y las desequilibré con la pintura. Es posible, pero, a veces ha dado la vuelta completa al día y, a veces, no. Más o menos, cuando él quiere. También he comprobado la pila que lleva el mecanismo, pero, ni nueva, marca el tiempo de forma continua.
Lo quería colgar en mi cocina, pero, de momento, lo he dejado apoyado en una pared. He decidido registrar a qué hora se para y a qué hora vuelve a funcionar.
Ahí, en ese reloj, hay un misterio…