Una ciencia obligada para los matemáticos del renacimiento fue la gnomónica, el arte de construir relojes solares, por ello su estudio como la astronomía, la perspectiva y la óptica eran la parte aplicada en sus estudios. El College del Corpus Christi de Oxford tiene en el patio una columna que es una verdadera sinfonía de relojes solares, un catálogo de hasta nueve relojes visibles, que incluye las estaciones y datos planetarios. ¡Verdadero virtuosismo!
Cuatro relojes están en el tronco de pirámide de la parte superior, otros cuatro en el prisma cuadrado intermedio y el más detallado en la columna cilíndrica. Los superiores son de 1581 y el cilíndrico de 1605. El Ave Fénix que se apoya en una esfera armilar muestra la regularidad de los tiempos astronómicos y su incesante renacer.
A los relojes visibles hay que añadir un sinnumero de pequeños marcadores solares camuflados en los escudos. Solo en la imagen inferior hay once minúsculos relojes mimetizados como adorno.
El reloj mecánico ya estaba muy extendido en esa época, más tarde Galileo y Huygens mejorarían el sistema mediante la isocronía del péndulo, pero la medida solar siguió siendo imprescindible para el ajuste correcto del funcionamiento de los mecánicos.
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