Estamos a menos de un mes de unas elecciones a las que llegamos en un ambiente rarito, puede que sea por la crispación e inmundicia que se respira en los telediarios o puede que por la esperanza del cambio, cada
vez más diluida visto como se comportan las encuestas y los presuntos cambistas. La indignación y el escándalo se debaten en los centros de la sociopolítica de este país (y de cualquier otro, no nos engañemos), la peluquería, el súper y los bares, donde de verdad se forman las opiniones de las mayorías que al final sólo son una versión moderna de los Mentideros de la Villa y Corte (menos mal que no estaba Doña Esperanza por allí o se carga el “Siglo de Oro”) ¿verdad?. No, no he tomado algo raro. Allí donde se juntan varias personas hablando (y gritando, depende del nivel etílico del orate) se forman ideas y si vivimos en una democracia y lo creemos seriamente sabremos que toda opinión es válida porque, al final, los que votamos somos nosotros, la “chusma” que sufre sus desmanes. Eso es algo que los divinos candidatos no suelen tenerlo claro porque no se mezclan con los mortales. El caso es que muchas de esas opiniones de bar acaban con “estos lo arreglarán todo”¿Eso es verdad?¿Algún partido tiene soluciones para todo?
Lo que parece claro es que los partidos políticos, tal y como están organizados, se creen obligados a tener soluciones para todo. Si queréis experimentadlo. Os propongo un paseo que yo he hecho alguna vez, pasaros por las sedes de los candidatos y que os expliquen que pretenden hacer ellos con nuestras 
Visto como está el panorama y como se las gastan aquellos que se proponen para manejar nuestros destinos (y 
Pero, ¿De verdad existe un partido capaz de hacer todo ? Pero cuando digo todo, me refiero a todo, la limpieza de la mugre y la macedonia de corruptelas, la recolocación de los parados… mucho trabajo me parece a mí.
La realidad es que nos hacen falta muchas fuerzas para frenar a aquellos que todavía nos ofrecen recetas que no 
Igual estas elecciones deberíamos tener en cuenta a la hora de ir a votar si existe alguien que, en lugar de ser gobernante ade esos que creen saber todo y no escuchan a nadie, a lo que estamos acostumbrados, sea capaz de sumar, implicar y aglutinar las fuerzas de muchos, capaz de ilusionarnos a todos. Ahí estaría el verdadero cambio, de lo contrario seguiremos con la política gris de escándalo telediariero que vivimos y que no vamos a evitar si nos quedamos en casita. Hace falta ir y votar, más que nunca necesitamos romper de una vez por todas y para siempre la rueda de cochambre en la que estamos inmersos.

