En esta época asistimos a la que es posiblemente la mayor etapa en cuanto a calidad musical se refiere de toda la historia de España.También aparecieron genios en otros ámbitos como El Greco, Cervantes, Calderón de la Barca, Velázquez y Goya.
Sin embargo la música española del Renacimiento no es, como han proclamado algunos historiadores, una simple rama de la polifonía flamenca. España practicó la polifonía al mismo tiempo que Francia. A mediados del s. XII se cantaba a dos o tres voces en Santiago de Compostela. Más tarde, en Toledo se cultivaba un polifonía al estilo de la escuela parisiense de Notre-Dame. Y en el s. XIV existían otros centros en Aragón, Navarra y en Castilla la Vieja.
Ya en el s. XV, el documento fundamental es el "Cancionero de Palacio", una antología compilada entre 1480 y 1510 de cuatrocientas sesenta piezas profanas que van de la elegía amorosa a la canción báquica, para tres o cuatro voces, en ocasiones con un acompañamiento instrumental. Entre los compositores del "Cancionero" el más conocido es Juan de la Encina, uno de los creadores del teatro español por sus églogas donde los pastores hablan la jerigonza de la provincia de Salamanca.
Toda esta polifonía española es reconocible por su simplicidad de escritura pareciendo incluso pobre y arcaica si se la compara con la elegancia de la canción francesa que a menudo le sirve de modelo.
El s. XVI fue, antes de que se redescubrieran en el XIX las fuentes populares, su periodo más fértil.
Continúa en parte II