Ahora bien. ¿Dónde se realiza la investigación? ¿Son los investigadores empleados de la industria? ¿Van los pacientes incluidos en esos estudios a las oficinas de los laboratorios a ser estudiados? ¿En qué centros y con qué materiales se realiza?
Es cierto, también, que todo eso lo paga el promotor (la industria, por lo general):
- el investigador recibe una compensación por su dedicación y sobreesfuerzo (compensación no sólo curricular, sino económica, que está cifrada hasta en un 70% del presupuesto calculado por cada paciente reclutado evaluable, cuando tal vez debiera ser en función del grado de sobrecarga que supondría y si el estudio se ejecuta dentro del horario laboral o fuera de él, como se propone en esta publicación).
- la gerencia o la dirección del centro recibe una cantidad (entre el 15 y el 45%) por el uso de instalaciones y del material, por las pruebas compelementarias realizadas, y para promocionar actividades de investigación, desarrollo e innovación independientes.
- la fundación intermediaria, que realiza las gestiones económico-contables y administrativas necesarias para llevar a cabo la investigación, habitualmente se lleva un 10-15% del presupuesto.
- el comité ético que da el dictamen favorable (o no) antendiendo a las consideraciones éticas, de pertinencia de la investigación y metodológicicas, cobra unas tasas por su evaluación.
- la agencia reguladora (en nuestro caso, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios), también cobra unas tasas para aprobar un estudio.
A río revuelto, ganancia de pescadores. Ni a los promotores a veces les interesa que haya un porcentaje "que se lleve" el centro" (porque preferirían compensar directamente al investigador, estableciendo un vínculo contractual informal directo que de alguna manera serviría para fidelizarlo) ni a los propios investigadores (que de esta manera se llevarían menos dinero).