HARTFORD, Connecticut (AP) – La representante federal Elizabeth Esty anunció el lunes que no buscará la reelección este año en medio de pedidos de su renuncia por su manejo del despido de un ex jefe de personal acusado de acoso, amenazas y violencia contra mujeres empleados en su oficina del Congreso.
Esty, un demócrata de Connecticut y un franco defensor de #MeToo, fue acusado de no proteger a las mujeres del personal del ex jefe de personal. Esty ha dicho que lamenta no avanzar en una investigación interna sobre las acusaciones, que revelaron denuncias más generalizadas de abuso, y se arrepiente de haber brindado “incluso la más mínima asistencia a este individuo mientras buscaba un nuevo trabajo”.
Esty dijo que ella determinó “que es en el mejor interés de mis electores y mi familia terminar mi tiempo en el Congreso a fines de este año y no buscar la reelección”.
Su anuncio se produjo horas después de que ella le pidiera al Comité de Ética de la Cámara que revisara sus acciones.
“Aunque trabajamos con el Consejo de Empleo de la Cámara para investigar y finalmente despedir a este empleado por su comportamiento escandaloso con un ex empleado, creo que es importante para el Comité de Ética de la Cámara llevar a cabo su propia investigación sobre este asunto”, dijo Esty en un escrito declaración, reconociendo que “ciertamente estaba lejos de ser un proceso perfecto”.
Esty dijo que quiere que el comité “aclare si hubo alguna irregularidad” de su parte.
Un abogado del comité dijo que no podía comentar la solicitud de Esty para una investigación. No está claro si se creará un subcomité de investigación o cuánto tiempo puede durar el proceso.
La solicitud de una investigación acelerada de Esty se produjo en medio de los pedidos de su renuncia de un creciente número de políticos estatales en Connecticut, incluidos compañeros demócratas. Bob Duff, líder demócrata del Senado estatal, estuvo entre los que urgieron a Esty a renunciar en medio de su tercer mandato.
Duff dijo que varios puntos lo llevaron a solicitar la renuncia de Esty, incluida su renuencia a hablar públicamente sobre la situación y usar el dinero de los contribuyentes para pagarle a su ex jefe de gabinete, Tony Baker, alrededor de $ 5,000 en indemnización por despido. Los empleados dijeron que Esty le pagó al gobierno federal la semana pasada con sus fondos personales.
Un portavoz de Baker, el ex jefe de gabinete, le dijo a Hearst Connecticut Media y al Washington Post que niega algunas de las acusaciones. Un número de teléfono listado para un Tony Baker en Columbus, Ohio, donde el portavoz dijo que el ex jefe de gabinete estaba vivo, fue desconectado.
La líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, elogió a la ex empleada de Esty, Anna Kain, por presentarse y contar su historia. Pelosi no llegó a llamar a la congresista para que renunciara.
“Como la congresista Esty reconoció, sus acciones no protegieron a la Sra. Kain y deberían haberlo hecho”, dijo Pelosi en una declaración escrita. “La congresista Esty ahora ha solicitado apropiadamente una revisión expedita por parte del Comité de Ética”.
En su carta a los miembros del comité, Esty dijo que aprendió a través de un tercero en 2016 sobre una posible mala conducta de Baker que involucró a un ex empleado, que trabajó en su oficina desde enero de 2013 hasta marzo de 2015. Esty dijo que despidió a Baker tres meses después de recibir un informe de investigación interna que reveló un comportamiento inadecuado por parte de Baker que afectó a varias mujeres del personal.
Antes de que surgiera la noticia de la controversia, Esty había emitido comunicados de prensa pidiendo protecciones más estrictas contra el acoso para el personal del Congreso y estaba entre los que exigían que el entonces representante federal John Conyers, de Michigan, renunciara en medio de acusaciones de mala conducta.
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