Revista Opinión

El respeto constitucional

Publicado el 30 julio 2010 por Franky
El Rey, en la ofrenda nacional al Apóstol Santiago, aprovechando la co­yuntura entre la prosa protocolaria y la oración, ha hecho una necesaria y conveniente exhortación a la convivencia y al respeto hacia el texto constitucional; a esa intención del Monarca, se vienen uniendo también, con frecuencia, ciertas voces cualificadas que claman contra la crispación y la hostilidad instalada, desde el 2004, por esta zafia e insolvente clase política; obsérvese la antidemocrática y peligrosa reacción ante la sentencia del T. Cons­titucional, sobre el innecesario Estatuto, que hasta se han reunido, para burlarla mediante decreto.

La idea principal de la invocación del Rey, que, sin duda, engarza con la preocupación de amplias esferas de la población, fue el recordar que, «gracias a la voluntad de entendimiento y esfuerzo de todos, España ha forjado en las últimas décadas una de las etapas más fecundas de su Historia, la más larga en términos de democracia y libertad, con una moderna articulación territorial, al tiempo que la más intensa en crecimiento económico y libertad». Por eso, con sen­satez hizo la petición al Apóstol de que nos ayude a resolver la "grave crisis" y sus "duras consecuencias para millones de personas y de familias", así como a fomentar todo lo que une a los españoles, "redoblando" esfuerzos para resolver problemas "en el marco de la Constitución"; “ayúdanos también, añadió, a conservar y mejorar día a día lo mucho que hemos conseguido, así como a promover el diálogo y el consenso, la tolerancia y el respeto [...], para reforzar los pilares de nuestra concordia en libertad mediante las reglas y principios que nos hemos querido dar».

Y clamaba con ahínco a velar y vitalizar la fraternidad a través del diálogo y el abrazo en el riguroso acatamiento al ámbito constitucional. Es muy significativa la petición de Su Majestad de que se in­cremente la solidaridad entre nuestras comunidades autónomas, «que hace de España la gran familia unida, al tiempo que diversa y plural, de la que nos sentimos orgullosos». Instó, asimismo, a los políticos a servir «con generosidad el interés general»; abogó por preser­var los frutos de nuestro desarrollo democrático, reducir la agria discrepancia mediante el diálogo constructivo y devolver a la política su magnanimidad perdida, aquella que dio lugar a la Modélica Transición que sirvió de ejemplo a propios y extraños. Y no olvidó en sus peticiones rogar su socorro para “erradicar el odio, la violencia y la sinrazón de la barbarie terrorista” (Datos A. Efe).

La Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago es una costumbre, que, según ha recordado, mantiene la Corona desde 1643 y que el Rey hace en nombre del país cada Año Jubilar.Una vez más, D. Juan Carlos, con mesura y acierto, ha ejercido el desempeño de su misión.

C. Mudarra



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