Hace pocos días disfruté del domingo junto a mi familia y aproveché la ocasión para acercarme con mis sobrinos a uno de los pocos salones recreativos de maquinas arcade que quedan en mi municipio. Como todos sabemos este tipo de establecimientos de ocio se encuentran en peligro de extinción en gran parte del continente europeo que ha evolucionado su mercado de entretenimiento audiovisual en otra dirección y ha perdido esas costumbres que marcaron las décadas 80, 90 y parte del 2000.
Tuvo que ser en aquel cercano domingo, desembolsando algunas monedas de euro para invertir en uno de los momentos más entretenidos que he disfrutado en años, el que me hiciera plantearme la siguiente cuestión: ¿Por qué los shooter de arcade no tienen cabida en consolas PlayStation 4?
Todo hay que decirlo, soy de esos pocos gamers que se han criado en ese ecosistema perdido, junto a los ya legendarios animales en peligro de extinción a los que el equilibrio de mercado y las nuevas tecnologías se están cargando a base de cañonazos. Puedo decir con total seguridad que ese cercano domingo me devolvió aquellos dorados 90 permitiéndome revivir antañas y buenas sensaciones junto a una recreativa tipo shooter.
Los años dorados de los shooter arcade marcaron un antes y un después, fue tal su boom que crearon un mercado que traspasó los lindes de los salones recreativos para acabar cenando en los hogares a modo de sobremesa. Juegazos como Time Crisis con su popular sistema de ocultamiento/ataque por pedal, o el frenético Point Blank acompañada de su Guncon con retroceso hacían la las delicias del que portara una PlayStation One. El joven ya no corría con sus monedas en el bolsillo a un salón recreativo, sino en dirección al videoclub de su barrio para alquilar esa experiencia arcade a modo de CD más periféricos.
¿Por qué vendieron en plataformas de quinta generación?
En mi pésima opinión creo que las compañías se centraron en hacer mercado con la fácil portabilidad de la que disponían entonces como los ahora invasivos remastered que tanto proliferan, pero que realmente no era el momento. La tecnología dada no permitía que todas las economías domésticas se pudieran permitir un TV de más de 32” y un LCD de pantalla plana menos. Empezaron a proliferar los periféricos tipo shooter en hogares que aún veían un paso transgeneracional entre los Televisores de tubo y los plasmas y LCD de entocnes, siendo ese hecho dentro de mi pésima opinión el detonante de muchas malas experiencias de juego. Sólo hay que decir que calibrar el periférico en una diminuta tv de tubo era un auténtico tostón.
Ghost Squad, Time Crisis, Point Blank, House of the Dead, Resident Evil… etc, experiencias que fueron perdiendo interés a medida que avanzaba la década del 2000. Al finalizar 2009 únicamente una compañía seguía promoviendo este tipo de juegos y era porque su sistema de sobremesa se basaba prácticamente en el movimiento, hablo del sistema Wii de Nintendo. Por otro lado Sony se alejaba de este tipo de periféricos y más aún con su catastrófico intento de emular a su eterna enemigo con el carísimo y feo control Move, que a pesar de representar un buen papel en juegos como Kill Zone 3, no supo abrirse hueco en las estanterías de muchos hogares, provocando que acumulase polvo en la de los grandes almacenes y pequeños comercios.
Actualmente no sólo Sony, sino todas las compañías de la industria apuestan por la tecnología de realidad virtual, que en mi humilde opinión sigue encontrándose en un estatus de cambio de pañales y desgraciadamente pienso que no es su momento.
Todo esto me lleva a una situación de Deja vu pues estamos ante el mismo hecho objeto del presente artículo, espero equivocarme en mis siguientes declaraciones, nos van a volver a vender cara tecnología que no disfrutaremos a pleno rendimiento.
Ahora es el momento, ahora debería ser el resurgir de los shooter arcade y de los periféricos molones. ¿Qué por qué?, porque hoy día un hogar humilde se puede permitir una pantalla plana de gran tamaño y optima resolución Full HD a un precio asequible y gracias a la actualizada red de servicio multijugador que ofrecen las compañías de entretenimiento videojueguil se podrían disfrutar de auténticas partidas arcade. Ya nos bombardean con DLC´s de compra obligada, pues que vendan periféricos a precio asequible junto con algunos niveles de juego gratuitos, permitiendo así que la demanda reclame nuevos mapas a modo de DLC´s.
La poco sopesada y superficial debacle que envuelve el tema de este escrito <<porque sólo consigo rascar lo que llevo dentro sin encontrar las palabras o simplemente por no documentarme lo suficiente>> es seguramente un reclamo que parte desde lo profundo de un gamer que disfrutó cuando era niño con un periférico en el salón recreativo de su pueblo y desearía volver a hacerlo como cual yonqui que busca esa primera grata y efímera sensación que le produjo aquella ya olvidada maquina arcade.
Pero Para todo aquel que haya vivido la experiencia lo sabe, es el yo contra la maquina, todos los sentidos predispuestos para mecanizar las rápidas señales enviadas por el cerebro materializadas en grandes momentos pulsando esos gatillos de plástico. Ya lo cantaban los ESTOPA:
Qué bonita es una flor
Qué bonito el arco iris
Si es que la vida es la hostia
Yo no sé por qué estoy triste
Tanta penaY luego miro parriba
Para cargar las pistolas
Matar dos monstruos de un tiro
El primero es la agonía
Y el segundo es el vacío
Donde me quedo tos los días…
Así que, en definitiva, dejemos por el momento tanta realidad virtual y aumentada también que no es su momento y hagamos resurgir esa chispa que hizo grande a los videojuegos, porque seguro hoy en día tiene cabida tanto en nuestros corazones como en nuestros hogares.