Cuando hace unos días afirmaba en otro post que no necesitamos líderes, se originó un interesante y acalorado debate sobre el tema, por lo general cuestionando mi afirmación y defendiendo la necesidad de líderes.
Sin embargo, yendo a la esencia de los comentarios, lo que en realidad se defendía no era tanto la existencia de líderes como la necesidad de liderazgo. Parece lo mismo pero no lo es.
Estoy convencido de que en la Era del Conocimiento no necesitamos líderes pero sí necesitamos liderazgo. Más que nunca y en mucha mayor cantidad. Por eso no es suficiente con el que aportan los líderes porque cuando se habla de “los líderes”, la imagen que ello suele evocar viene automáticamente asociada a la de élite. Los líderes nunca son todos los que están, sino una minoría selecta.
La pregunta que planteo es la siguiente: ¿para qué hacen falta “los líderes”? Creo no equivocarme si digo que la respuesta mayoritaria sería, probablemente, “para liderar”.
En ese caso, continúo con mis preguntas. ¿Qué cualidad tienen “los líderes” que hace que ellos sí puedan liderar y los que no son líderes no puedan? Nuevamente, creo que la respuesta mayoritaria sería: “liderazgo”.
Llegados a este punto, mi tercera y última pregunta sería: Si las personas “normales”, las que habitualmente no son consideradas parte del grupo de “los líderes”, poseyeran también la cualidad del liderazgo, ¿seguiríamos necesitando a “los líderes”? Creo que la respuesta es evidente.
Todo lo anterior nos lleva a la conclusión de que creemos que necesitamos líderes porque somos conscientes de que necesitamos liderazgo. Hasta ahí, nada que discutir. Ahora bien, ¿qué pasaría si en lugar de preocuparnos tanto por encontrar, desarrollar y construir líderes nos preocupáramos por desarrollar el liderazgo en todas las personas?
A lo mejor, si en lugar de “aborregar” a los niños en el sistema educativo y a las personas en las organizaciones pusiéramos el foco en desarrollar su liderazgo, entonces a todos nos parecería evidente que no necesitamos a “los líderes”.
¿Por qué no ocurre esto? Podría ser porque a “los líderes” minoritarios actuales a lo mejor no les interesa especialmente que cambie el “statu quo”…
Más allá de mi opinión personal, que no deja ser precisamente eso: “una”, “opinión” y “personal”, hay un colectivo cada vez mayor de personas que es consciente de que lo que nos ha traído aquí no nos llevará allí, sea dónde quiera que sea.
La visión elitista del liderazgo no es la única posible. Hay otras. El problema de esta visión elitista es que produce efectos nocivos. Por ejemplo, que “el liderazgo es cosa de otros” porque “yo no valgo para ser líder”. No lo comparto. Todo el mundo vale para ser líder. Otra cosa es que liderar no sea fácil y que, en ocasiones, resulte mucho más cómodo que nos lideren otros.
Pero en las organizaciones del futuro, en la era del conocimiento y del trabajo en red, el liderazgo “de élite” no es operativo. Y no lo es porque es una visión del liderazgo basada en criterios de escasez y las redes necesitan gran cantidad de liderazgo individual y colectivo para funcionar de forma eficiente.
No sabemos trabajar en red y por eso nos cuesta y los resultados no acompañan. Pero la solución no puede venir del mismo sitio del que intentamos salir porque sabemos que no funciona. Jerarquizar la red es matar la red. En lugar de echar mano de lo conocido y replicar estructuras de poder elitistas que no sirven, lo que hay que hacer es llevar a cabo una buena diagnosis del problema y plantear soluciones innovadoras.
Y la causa del problema no está en la falta de líderes. Los líderes sobran. De lo que hay escasez es de liderazgo. Pero liderazgo generalizado, humilde, puntual, contextual, solo para lo que tiene sentido y únicamente cuándo procede. No liderazgo de élite permanentemente adscrito al rol o a la persona y al margen de las circunstancias. No nos engañemos. Nadie puede ser líder siempre y para todo.
El liderazgo no lo da el cargo ni es cualidad omnipresente de la persona, del mismo modo que el hábito no hace al monje. El liderazgo es una competencia y como tal se puede aprender. Eso significa que el verdadero reto es que todas las personas aprendan a ejercer su liderazgo puntualmente y a aceptar el liderazgo de los demás cuando corresponda. El verdadero reto, a lo que hay que aprender para trabajar en red, es a liderar cuando, y siempre que, las circunstancias requieran liderazgo, sin imponerlo y sin evitarlo.
El liderazgo no es una cualidad minoritaria sino el resultado de una actitud voluntaria. Por eso, hay que superar el mito de que las soluciones y los resultados solo pueden proceder de “los líderes” y entender y aceptar que las soluciones y los resultados pueden proceder de cualquier persona y que, precisamente por eso, el verdadero reto es el reto de aprender a liderar sin título.
Este artículo, El Reto de Aprender a Liderar sin Título, escrito por José Miguel Bolívar y publicado originalmente en Optima Infinito, está licenciado para su uso bajo una Licencia Creative Commons 3.0 España.Muchas gracias por suscribirte a Optima Infinito.