El reto de la semana: The American School

El reto de hoy está basado en el cuadro " The American School", de Matthew Pratt.
Y ahora os dejo Adelina GN, estoy completamente segura de que os gustará tanto como a mí.

EL JOVEN
Adelina GN

La inmortalizada escena de aquel cuadro me dejó paralizado, no me podía mover, fue algo que tenía que hacer. Tenía que hacer referencia al secreto que guardaba desde hacía mucho tiempo, tanto que lo que contemplaba me excitó, y dentro de su normalidad escénica, yo veía otra cosa.
Me veía a mí mismo, observaba al joven que estaba siendo adoctrinado en trazar líneas y crear bellas situaciones. Él se parecía mucho a David, mi amigo, mi compañero en la sombra.
Yo era quien con la mirada lo estaba dejando desprovisto de ropa y enseñando sus vergüenzas, mientras ese otro amigo en común que también entendía, le corregía su dibujo.
No estaba siendo sucio, no, quería pensar que cuando revelase que quería a David, que me gustaban las personas con mi mismo sexo; pensaran con la misma normalidad con la que yo estaba describiendo para mí aquella obra de arte.
En aquel momento el vigilante de sala, se me acercó, pero muy cerca, me dijo al oído que ese lienzo tenía imán; extrañado lo miré y me sonrió, jamás lo hubiese adivinado, de no ser que cuando se alejó me hizo un guiño muy gracioso.
Decidido estaba, ese sería el tema de la próxima semana, no había ninguna duda de que me había enseñado mucho y no podía perder más tiempo.
Aquella tarde don Arturo preparó la clase audiovisual sobre historia, escogiendo el vídeo del cuadro que había escogido en su visita el fin de semana al museo. Sus alumnos fueron llegando, se sentaron en sus sitios, entre ellos estaba David, que siempre salía más tarde de casa para no levantar ninguna sospecha.
Comenzó la clase dirigiéndose a los estudiantes, pero sin duda sus palabras iban dirigidas a uno únicamente, a la persona que tenía casi enfrente, al joven al que quería y por el que ya no debía callar.
Diciéndoles que estuviesen atentos a la imagen que se proyectaba en aquel momento, y que fuesen haciendo sus reseñas sobre que les decía a cada uno de ellos lo que estaban pendientes.
Arturo se acercó hasta la mesa donde estaba David, la penumbra no dejaba ver mucho y le puso la mano en el hombro, siguiendo después con su oratoria.
-Me gustaría deciros que es lo que yo pienso de la pintura de Matthew Pratt.
Los jóvenes levantaron sus cabezas y sus miradas descubrieron aquello que parecía ser un secreto, pero a voces.
-Quisiera deciros que soy gay y que tengo una relación.
La reacción de sus alumnos no se hizo esperar, un estruendoso aplauso se hacía sonar en la clase y un asustado, y a la vez que emocionado David se unía a él, sin saber lo que podría suceder desde aquel instante.
Nada, no ocurrió nada, la clase concluyó y como cada día, por separado los dos llegaron a casa. Hablando largo y tendido del tema, David le confesó que él también iba a salir del armario y que al día siguiente quería acudir junto a Arturo al colegio.
Aquella mañana fue como ir en un velero con todas las velas abiertas, saludando a quien correspondía a su saludo que al unísono hacían los dos.
En aquella primera hora murieron el tío y el sobrino que habían sido hasta entonces. Dándole paso a la pareja que formaban el joven David y don Arturo, el maestro.
La sorpresa vendría cuando al entrar en el colegio las miradas eran de amistad y complicidad, tanto que al llegar al aula en la pizarra se podía leer:
"Muchas felicidades David y Arturo"
¡Qué seáis muy felices!
Algo que les emocionó y a lo que Arturo dijo: Así debería ser siempre.

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