La actual crisis generada por la cuarentena puso contra la pared a miles de empresarios. Muchos tuvieron que cerrar ante la carga impositiva, el valor de los arrendamientos y las deudas con su cadena de suministro.
Colombia tiene una economía que basa casi toda su operación en un tejido empresarial que en un 98% está compuesto por micro, pequeñas y medianas empresas. La naturaleza de muchas de estas organizaciones es una baja sistematización de sus procesos, una relación a veces tosca con la banca tradicional, una dependencia enorme de variables humanas y decisiones muchas veces mediadas por emociones en empresas de gobierno familiar.
El mejor acelerador de la transformación digital ha sido el covid-19 que puso por fin a muchos empresarios a voltear la cara hacia Internet.
Un estudio realizado por Mercado Libre y Trendsity, entre más de mil emprendimientos que operan en la plataforma, evidenció que el comercio electrónico ha sido el mayor salvavidas para muchas de las empresas en estos segmentos.
Desde marzo se sumaron 3.800 MiPymes a la plataforma. Los emprendimientos afirmaron que 7 de cada 10 compras fueron hechas a través de Internet y el 94% sostuvo que vender en línea permitió llegar a más clientes potenciales en este escenario.
Una vez que muchos de estos empresarios empezaron a comercializar sus productos a través de Internet han comenzado a admitir que es un escenario en el que podrían seguir haciéndolo. El 98% afirmó que la red será nuclear para los negocios durante la ‘nueva normalidad’, así como en un mundo posterior al covid-19.
El gran desafío que seguimos teniendo, aunque haya habido avances significativos, es el de la logística de transporte de las mercancías. Los fletes para el transporte terrestre en nuestro país encarecen los productos y les quita competitividad frente a los extranjeros. Así mismo hay transportadores que en lugar de adaptarse a lo que demanda el mercado, condicionan a los empresarios a empaquetar de cierta manera sin que se tenga en cuenta la concepción que ha tenido el empresario sobre el mismo empaque.
Todas estas serían decisiones que podrían mejorarse al incorporar tecnologías, al hacer transformación digital.
Nota: Columna publicada originalmente en Vanguardia el 8 de octubre de 2020. Esta columna no tuvo podcast porque me encontraba hospitalizado.
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