Revista Opinión

El Retrato

Publicado el 02 marzo 2019 por Carlosgu82

Sentado como de costumbre, frente al ordenador, amarrando las ideas para escribir un buen artículo para darle algo a mi gente; sentía la mirada penetrante con dulzura de alguien que sin estar allí me miraba, sentía la ternura de esa carita de ángel que me succionaba hacia ella, me hacía reír y soñar en cosas lindas, pero sin saber aún quién me provocaba estas emociones, seguía escribiendo sin parar, mi pensamiento volaba simplemente, alado como pegaso y cabalgaba cual centauro.

Por un momento sentí frío de imaginar cosas, ¿Qué podría estar hurgando en mi mente de esa manera? La presencia seguía acosándome en buena lid, pues no me detenía en mi prosa, de seguro sería un buen artículo, ya imaginaba a mis lectores disfrutando de un buen texto, ansiosos por una próxima entrega, haciendo sugerencias y peticiones en mi cuenta.

Cuando me detenía para afinar el pensamiento, la idea, esa extraña sensación de observado insistía en hundir sus dedos en mis ojos, era como si lo disfrutaba, algo le producía goce y algún lindo recuerdo sobrevenía a mi mente, la cual ya estaba ocupada de por sí indicándole a mis dedos las órdenes y comandos al teclado. Algo bueno iba a salir, de eso no me quedaba la menor duda, la mueca en mis mejillas eran notorias, me mordía con desesperación el labio inferior de mi boca, mientras no detenía mi vuelo, algo bueno iba a salir, no tenía dudas de ello.

Cuando estaba por terminar mi obra, no estaba tan seguro si sería buena, ya lo dudaba, no sé si algo grandioso resultaría, me di cuenta al instante de algo que me disipó todas las sensaciones que estaba experimentando en los párrafos anteriores, era el retrato de una niña en mi pared, era su foto la que me miraba, era ella esa inquietante mirada que me desnudaba en la escritura; como dicen por ahí: se había acabado la magia, la chispa, era el retrato de Nathalia que tengo pegado frente a mi computadora con una mirada de ternura total, como buscando complicidad y un abrazo cariñoso. En fin, era solo Nathalia y este fue el resultado, este artículo sin mucho que ofrecer pero que disfruté más escribiéndolo que tal vez ustedes en la lectura.


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