El edificio, ubicado sobre la colina Nakkastepe, en la zona asiática de la ciudad, posee dos prismas encastrados y traslúcidos que conforman un nuevo hito urbano. Clarín.com, Arquitectura
El estudio REX adaptó un proyecto destinado a un centro educativo en California para un edificio de oficinas, showroom y cadena de TV, en Turquía.
Por Graciela Baduel
La casualidad hizo que varias piezas encajaran a la perfección en un edificio inaugurado hace pocos meses en Estambul. Por empezar, no alberga a una empresa si no a dos, que tienen el mismo CEO: Vakko Fashion Center (una firma de indumentaria de diseño y alta calidad) y Power Media Center (algo así como la MTV de Turquía).
El edificio, ubicado sobre la colina Nakkastepe, en la zona asiática de la ciudad, posee dos prismas encastrados y traslúcidos que conforman un nuevo hito urbano. Pero más allá de sus virtudes arquitectónicas, lo más llamativo del VFC-PMC es que fue construido sobre una estructura de hormigón preexistente y, además, con un proyecto originalmente concebido para otro fin, en otro continente.
Los responsables de esta suerte de “reuso arquitectónico” son los diseñadores de REX, la oficina neoyorquina desprendida hace unos años de la sucursal de OMA en la Gran Manzana. Joshua Prince-Ramus, su líder, fue discípulo y socio de Rem Koolhaas y parece haber aprendido muy bien el discurso del holandés. Sostiene, que el “ethos” de su estudio no es diseñar objetos, sino “diseñar procesos” y lograr lo que él llama “el arte de perder el control productivamente”. ¿La fórmula? Estar seguros de que “con la gente suficiente, la suficiente inteligencia y energía suficiente, ese proceso nos llevará a una conclusión que excederá por lejos cualquier croquis inicial, o iniciativa individual”.
VAKKO FASHION CENTER AND POWER MEDIA CENTER Istanbul, Turkey. Imagen: REX - Architecture PC
Algo de eso ocurrió con este encargo, que venía fuertemente condicionado : por un lado, el comitente pedía que el programa se desarrollara sobre el esqueleto de hormigón de lo que iba a ser un hotel y nunca terminó de construirse. Por el otro, diseño y construcción no debían llevar más de un año porque ese era el plazo para mudar las oficinas.
Así fue como REX Architecture recogió el guante y recicló un proyecto que tenía listo y que acababa de cancelarse: el Annenberg Center, un instituto de ciencia y tecnología de una universidad californiana. Gracias a un diseño semicocinado , la construcción del VFC-PMC comenzó apenas cuatro días después de recibido el encargo. Sólo alguien como Prince-Ramus, para quien la arquitectura se parece mucho al remo (el deporte de sus amores) porque “se apoya mucho en el talento, pero hasta determinado punto, a partir del cual todo depende de la determinación, la concentración y la disciplina ”, pudo haber terminado un proyecto tan complejo en tan poco tiempo.
Tomando en cuenta que dos empresas convivirían en un mismo edificio, Prince-Ramus y los suyos dividieron el proyecto en dos componentes estructuralmente independientes . El esqueleto de hormigón del frustrado hotel, que tenía forma de U, se completó hasta formar un cuadrilátero en cuyos lados se ubicaron las oficinas para los administrativos, en espacios flexibles de planta libre. En el centro del cuadrilátero, en tanto, se insertó una nueva torre de acero de seis pisos, bautizada “showcase” (vitrina). Esos seis bloques apilados irregularmente , algunos inclinados, contienen un auditorio, showrooms de la empresa de indumentaria, museo, biblioteca, una gran sala de reuniones y las circulaciones verticales. En el remate espejado de la torre, que sobresale por encima del cuadrilátero como la c abeza de un tornillo , están las oficinas de los directivos. En tanto, en buena parte de los dos subsuelos ya construidos , que iban a ser destinados a estacionamiento, se dispusieron los estudios de televisión, que cuentan de este modo con aislación sonora y lumínica.
Al separar la estructura en estos dos componentes, los REX ahorraron tiempo y dinero . Mientras que el cuadrilátero del Annenberg Center era de hormigón postesado que dependía del acero interior como soporte, la estructura del hotel había sido diseñada siguiendo normas antisísmicas, por lo era un soporte mucho más que suficiente. Así que la construcción arrancó en paralelo con el diseño del resto del edificio . Para acelerar aún más el proceso, los ingenieros del estudio diseñaron para el showcase una serie de cajones de acero capaces de ser ensamblados en distintas configuraciones y encargaron su fabricación antes de tener el diseño definitivo. La disposición final de los elementos se determinó en base a los requerimientos de uso, las restricciones del código y las circulaciones.
Quedaba entonces por resolver la fachada, el aspecto exterior del edificio. El CEO de VFC-PMC, Cem Hakko, había solicitado que la obra transmitiera una imagen bella, refinada y actual, acorde con el perfil de sus empresas. Sin embargo, dado lo perentorio de los plazos, resultaba imposible ocultar totalmente la desangelada estructura de hormigón. Los proyectistas optaron entonces por revestir el cuadrilátero con un muro cortina muy delgado, que deja ver algo del interior y convierte al edificio en un faro iluminado, que, junto con su ubicación en lo alto de la colina, acentúa su condición de hito urbano.
vía El reuso llegó a la arquitectura.
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