David Nalbandian cerró una semana perfecta en el ATP 500 De Washington, en la que tuvo muchos momentos de gran tenis y consiguió el 11º título de su carrera profesional, y el primero desde que regresó al circuito tras la operación en la cadera. El cordobés, que había entrado al main draw gracias a una wild card, derrotó en la final del certamen norteamericano a Marcos Baghdatis, octavo sembrado, por 6-2 y 7-6 (4) en casi dos horas de juego.
El unquillense arrancó con todo el partido y dominó el primer set desde el inicio, gracias a una gran seguridad con la derecha y un gran juego de devolución, que complicaron al chipriota en sus games de saque. A pesar de que los dos consiguieron un bajo porcentaje de sus primeros servicios, el Rey David fue mucho más efectivo que su rival: ganó el 80% de los puntos que jugó, contra solo el 64% de Baghdatis.
Tras conseguir un quiebre en el primer game, Nalbandian tomó rápidamente las riendas del match y manejó el encuentro a voluntad desde el fondo de la cancha, con muchos cambios de dirección. En el séptimo juego, el argentino concretó otro break y luego cerró el set con su saque.
El partido se niveló mucho en la segunda manga, en parte porque el cordobés empezó a cometer más errores, sobre todo con su revés, pero además porque el europeo mejoró notablemente su nivel de juego. Baghdatis consiguió un quiebre en el segundo game pero no pudo festejar, ya que Nalbandian recuperó el saque en el siguiente.
A partir de allí, aprovechando la desconcentración del argentino el chipriota tomó la iniciativa y empezó a pegarle más fuerte a la pelota. Con un quiebre más por lado, llegaron al tie break, en el que volvió a aparecer lo mejor de David. El unquillense se puso enseguida 5-1 arriba, pero le costó un poco cerrar el partido. Recién pudo hacerlo cinco puntos más tarde, tras una hora y 59 minutos.
Si bien en el encuentro de hoy, Nalbandian no tuvo la regularidad que había mostrado en las rondas anteriores frente a Marin Cilic, Gilles Simon o Stanislas Wawrinka; el cordobés confirmó que es un jugador de gran jerarquía, dueño de un tenis de primer nivel. Con la victoria frente a Baghdatis no sólo sumó un nuevo título a su palmarés personal (el primero en Estados Unidos), sino que además recuperó mucho terreno en el ranking: desde mañana estará nuevamente entre los mejores 50 del mundo, tras haber empezado la semana en el puesto 117.
por Luciana Aranguizpara Cuarenta-Cero