Cuando Salomón me pidió participar en su blog le pregunté de qué quería que un ingeniero, directivo de empresa y empresario, hablara en un foro dedicado a la bolsa.
Él me contestó. Mira Louis, yo no busco lo mismo que todos, busco una visión fresca que pueda ayudar a que desde el sentido común podamos ayudar a dar luz a una situación nada fácil a nivel macroeconómico y con un umbral de incertidumbre amplio.
Así que aquí estoy preparado a ayudar a Salomón y sus lectores. Vamos a hablar sobre macroeconomía, sectores, países y empresas, pero hoy me gustaría empezar con un cuento que siempre me ha sorprendido porque se repite día día en este nuestro mundo. El cuento del rey desnudo. Seguro que de pequeños todos lo hemos leído o nuestros padres nos lo han contado.
Cuentan de aquel rey que movido por su soberbia y orgullo contrató a dos sastres que le prometieron le harían el mejor traje jamás visto en el reino hasta ese día. Para aprovechar tal estreno el rey organizó un desfile para lucirse frente al pueblo, mostrar su vestido y generar envidia y deseos ante ellos. Los sastres, muy pillos donde los hayan, no trabajaron, sino que simulaban coser un traje que el rey no veía, pero éste al ver cómo sus nobles y sirvientes lo admiraban (por miedo y por no quedar mal frente a otros), no se atrevía a decir lo que era de cajón.
Así, el rey, vestido simplemente con unos calzones salió a desfilar ante el pueblo, previo pago de los honorarios a los sastrecillos de los cuales nunca más se supo. Y fue entonces, cuando sólo un niño que no tenía nada que perder con la sencillez y sinceridad que les caracteriza dijo. Mamá, ¿porqué el rey va desnudo? Simplemente una frase produjo el desmoronamiento de una farsa bien urdida y la humillación del rey, sus nobles y cercanos.
Este cuento me recuerda todas estas salidas a bolsa que cada año nos preparan los grandes bancos de inversión. Cuidado!! Este año parece que le toca al sector de las tecnológicas y las redes sociales apuntan maneras. Allí tenemos la compra de Twitter o la valoración hecha a Facebook por 50.000 millones de dólares tras las últimas inyecciones de capital y datos impresionantes de miembros afiliados a su red. Nos venden la gran revolución social y empresarial gracias a estos portales, ya empezamos con el discurso de facturaciones millonarias y beneficios espectaculares esperados futuros. Ya se posicionan los inversores a entrar a corto para lograr un valor al alza, vender y obtener beneficios pingües a corto plazo. No digo que vaya a ser un mal negocio pero si usted quiere mantener una inversión a medio largo plazo con rentabilidades seguras puede jugar a corto pero siempre evalúe en perspectiva dónde va a meter su dinero. ¿Hay solidez? ¿hay realmente un plan de futuro? ¿el modelo de negocio donde invierto es copiable fácilmente? ¿sólido financieramente? ¿hay hard o es todo soft? ¿compro marca o compro un Business plan?
Con este discurso no quiero poner en duda el valor de una empresa como Facebook, pero sí pedir reflexión de cuánto vale aquello por lo que voy a pagar, que nos nos pase como con Criteria que algunos pagamos más de lo que realmente vale. El sector tecnológico es un sector de futuro pero quizás vale más la pena esperar sentado a que salga a bolsa, se enriquezcan los sastres, se empobrezcan un poco los incautos compañeros del rey y entonces como ese niño entremos con sentido común cuando el valor sea el que se merece.
Sentido común, llamar las cosas por su nombre, no tener vergüenza de decir lo que uno piensa aunque a su alrededor todo el mundo afirme lo contrario son características que ayudan a tomar buenas decisiones. Nadie se lo premiará pero usted vivirá más tranquilo y sus inversiones se lo agradecerán.
Feliz año a todos y trabajen mucho, la suerte depende de uno, no del gobierno!!
Louis Rothnagel.