No hubo sorpresa en la final masculina de Roland Garros: Rafael Nadal volvió a levantar el trofeo sobre el polvo de ladrillo parisino. El mallorquín aplastó a Robin Soderling por 6-4, 6-2 y 6-4 en dos horas y 18 minutos de partido. El español consiguió así su quinta corona en el Grand Slam francés y recuperó el número uno del mundo.
Nadal salió un poco nervioso a la cancha, y ya en el cuarto game de la manga inicial le dio una chance de quiebre al sueco. Sin embargo, el español pudo salvar el break point y cerrar luego el juego. En el quinto, una gran defensa de Rafa le permitió quedarse con el saque de su rival y marcar el 3-2.
A partir de allí, el mallorquín apostó al peloteo largo para impacientar al escandinavo, lo que le dio resultado. Los errores no forzados de Robin (20 en toda la manga, contra sólo 8 de su rival) y la rapidez de Nadal para defender todas las pelotas fueron las claves para que el ibérico pudiera mantener la ventaja y llevarse el set, tras 55 minutos.
En el segundo parcial, Soderling perdió efectividad con su primer servicio: pasó de jugar con 57% en el primero, a 41% (con sólo 6 de 9 puntos ganados). Nadal, al contrario, consiguió meter el 81%, lo que le permitió afianzarse más en sus games de saque. El segundo juego, muy intenso, fue el más peleado. Rafa salvó cuatro break points del sueco (los únicos que tuvo en el set) y, a partir de allí, el ibérico tomó nuevamente las riendas del encuentro.
El español dominó desde el fondo de la cancha los puntos largos (ganó 15 de los 21 peloteos con más de ocho golpes) y concretó dos quiebres (en el quinto y séptimo games). Frente a un Soderling cada vez más irregular y errático (que sumó 11 errores no forzados en el set), el mallorquín no tuvo problemas para cerrar la manga.
Nadal golpeó temprano en el tercer parcial: consiguió un quiebre en el primer game, que luego confirmó con un ace. El escandinavo evidenciaba ya signos de nerviosismo e impotencia, frente a un Rafa cada vez más seguro con su saque y desde la línea de fondo. Con el set 2-0 en contra, Soderling intentó reaccionar y empezó a mostrar una leve mejoría en sus juegos de servicio, por lo que logró mantenerse sólo un break abajo, pero nunca le encontró la vuelta al saque del español.
Ya con el ibérico 5-4 arriba y sacando para set, los nervios le jugaron en contra al sueco, que cometió dos errores no forzados y le dio el 40-0 a Nadal. Y Rafa no perdonó. En la primera chance que tuvo, selló el resultado con un drive ganador y volvió a festejar en París. El mallorquín se quedó con su quinto título francés (el séptimo grande de su carrera) sin entregar ningún set en todo el campeonato, y desde mañana volverá a ocupar el primer lugar en el ranking de la ATP.
Muy emocionado estuvo el flamante campeón en la ceremonia de premiación, pero se tomó un momento para elogiar el gran nivel de su rival: "Si no hubiera jugado mi mejor tenis no podría haber vencido a Soderling." Además, Rafa reconoció: "Es un momento muy importante en mi carrera. Gracias a todos por su apoyo. Verdaderamente para mí es un placer estar aquí. Me he sentido como en casa."
Foto: Zimbio Magazine