El rey saluda a su llegada el domingo a la clínica madrileña La Milagrosa, en donde fue sometido a una intervención quirúrgica por una hernia discal.
La única vez que el monarca pisó un hospital público como paciente fue hace tres años, en el Hospital Clínic de Barcelona donde acudió para operarse de un nódulo en el pulmón y, a su salida, afirmó: “En España, tenemos que estar orgullosos de la sanidad pública que tenemos, tanto en Catalunya, como en Madrid”. Fue la única vez que se dejó engatusar por la medicina pública, en donde, le atendieron los mejores médicos sin que tuviera que esperar su turno. Pero, cada vez que el rey ha tenido que pisar el “taller” y dejarse en él parte de su piel, ha preferido hacerlo en un lujoso centro privado, con médicos especialistas y medios técnicos de última generación. Cualquiera diría que desconfía de los centros públicos, no sea que, con las prisas de los médicos o con la falta de algún aparato moderno, se juege con su vida.
Claro que, en mayo del 2010, gracias a su ingresó en las instalaciones del Clínic, el monarca accedió a una intervención realizada en la planta Barnaclínic, entidad privada que forma parte del hospital y que paga al centro el alquiler por el uso de quirófanos y de la tecnología. De hecho, la Casa del Rey pagó 25.000 euros por la estancia de don Juan Carlos y de su séquito en esta entidad asociada al Clínic. No obstante, la factura no incluía los gastos de la intervención quirúrgica, que corrieron a cargo de la sanidad pública. ICV quiso saber, en las preguntas hechas al Gobierno, si se “escenificó” el ingreso del Rey en el Clínic “para hacer creer que la intervención tuvo lugar en un centro de salud público, cuando en realidad tuvo lugar en un centro privado”. Y preguntó si era cierto que parte del material hospitalario –como las sábanas–, identificadas con el logotipo de Barnaclínic, “fueron sustituidas por las mismas que se utilizan en el centro público”, con los identificativos del Hospital Clínic, “para poder reforzar dicha escenografía”.
Dicen que el rey se siente “orgulloso” de la sanidad pública, pero para operarse prefiere la privada. Por eso, unos días antes de ser operado, ingresóen “el taller” para revisar la hernia discal que sufre en la zona lumbar de la columna vertebral. El reconocimiento médico anual al que el monarca fue sometido reveló la agudizaciónde una antigua hernia discal, y tras estudiar su caso, los facultativos decidieron que el mejor tratamiento era abordar esta operación, la undécima a la que se somete el Jefe del Estado desde los años ochenta. Y, una vez concluidas las pruebas y exploraciones y realizadas en el estudio correspondiente, se le practicó “la intervención quirúrgica más adecuada para la hernia discal en columna lumbo-sacra y la estenosis de canal”.
De esta manera, la séptimaintervención del rey a la que se ha sometido en tres años, se realizó en la clínica La Milagrosa, un centro privado de Madrid adaptado para gente con pasta, en la que sigue ingresado. Por algo, días antes, el monarca fue atendido en el hospital Quirón San José, también privado, por su traumatólogo de cabecera, Ángel Villamor, quien, a su vez, es director de la clínica privada. En esta ocasión, el motivo de su ingreso fue solventar –sin necesidad de espera ni de cirugía– una luxación en la cadera izquierda, donde, hace tres meses, se le implantó una prótesis. Fue en este centro donde don Juan Carlos se operó de la cadera tras caerse durante un viaje de caza, en Botsuana.
El Rey fue operado en mayo del 2010, en una clínica de la seguridad social y quedóse muy contento...Otros clientes no disfrutaron de igual trato...
Revista Opinión
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