Ayer, 14 de abril, su cumplieron los 83 años de la proclamación de la II República, y de la salida de Alfonso XIII, exiliado con su familia y una pequeña corte.
La efemérides coincide con que su nieto Juan Carlos I también está de viaje. Pero de negocios. Con una numerosa corte de empresarios que esperan obtener contratos por miles de millones de euros en los siete Emiratos Árabes Unidos, y después en Kuwait.
Manuel Azaña logró gran popularidad como primer presidente de la II República. Pero dentro del país. Fuera, era un desconocido. Y aquél régimen que él inició concluyó enseguida con media España luchando contra la otra media en una larga guerra civil.
Luego, una dictadura de 36 años que agonizó tres más tras de la muerte del dictador, cuando nació una Constitución democrática que reinstauró la monarquía en referéndum.
Desde entonces hasta hoy han pasado tantos años como los que duró la dictadura, y que establecen la democracia más larga de la historia de España.
El Rey lleva 36 años viajando con empresarios por todo el mudo. Es un viajante que logra importantísimos contratos para empresas españolas.
Incluso muestra mayor eficacia que numerosos vendedores de países más importantes y poderosos. A veces le gana a presidentes de repúblicas multiseculares y prestigiosas, como la francesa.
Un rey de “La vieja España”, y eso hay que verlo desde el extranjero sin atender cotilleos, encarna más que la “Marca España” al darle empaque a su maleta viajera, pero también a las empresas que representa y, naturalmente, a sus visitados, posibles compradores.
Se puede argüir que trabaja mucho los países poco democráticos: sí, pero como todos los jefes de Estado, incluyendo a la superviajante más exitosa para su país, la Reina inglesa.
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SALAS