Europa era valorada como un entorno donde la lucha contra la pobreza era uno de los ejes, más incluso que en países económicamente más potentes como EEUU pero que eran menos capaces de generar un colchón social para reducir la pobreza.
Las principales herramientas para luchar contra la pobreza en Europa ha sido la construcción de un amplio estado del bienestar. Pero la actual crisis y sobretodo las políticas de la zona euro están dando al traste con todo ello. Las personas en riesgo de pobreza y de exclusión social para Eurostat son aquellas que o bien tienen un nivel de ingresos tan bajo que les impide pagar las facturas de los servicios básicos, aquellas que viven en un hogar donde los adultos no consiguen empleo ni para el 20% de su potencial como trabajadores al año, o su nivel de renta (después de transferencias por los servicios del estado del bienestar) está por debajo del nivel de renta calculado como índice de pobreza en cada país miembro.
Aunque es un indicador cuestionable, el nivel de riesgo de exclusión social nos permite indicar que porcentaje de población lo está pasando realmente mal. Un fuerte estado del bienestar, una capacidad de generar empleo para todos los que desean encontrar uno, o la capacidad de que el peso de los salarios en la renta del país no hayan caído tanto, son mecanismos que permiten reducir ese riesgo de exclusión social. Cuando se degrada el empleo, se polarizan los salarios y estos pierden peso en la renta nacional y cuando el estado del bienestar se desmantela, el riesgo de exclusión social aumenta.
Solo hay que analizar los últimos datos publicados por el Eurostat
Como podemos ver, las políticas de austeridad están causando estragos. Excepto Portugal toda la zona € ha visto degradado el indicador de riesgo de exclusión social, incluso los países centrales como Alemania, cuya política de gasto público al inicio de la crisis le permitió paliar parte de los efectos, pero es insostenible a largo plazo.
Contrasta con el Reino Unido, con un sistema bancario más trastocado que el de la mayor parte de la zona €, con una burbuja inmobiliaria como la española, con un estado del bienestar más disfuncional, pero con la capacidad de tener una política monetaria que no está controlada por una panda de psicópatas temerosos de la inflación, ha podido incluso, reducir sus índices de exclusión social.
Que se lo hagan mirar en el Banco Central Europeo y en la Comisión Europea.
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