“No me preguntes por qué, nadie lo entiende, pero nosotros si”
Dicen que las historias de amor, las relaciones a largo plazo, a corto plazo, los romances esporádicos, los romances intensos, los romances con sabor a tequila y los romances con sabor a jazmín, las noches de verano, las noches de invierno y las noches de eclipse lunar, solar o ambiental… Todos ellos, aparecen de la manera mas inesperada, de la forma mas extraña se meten en tu vida, te descoloca el presente y te hace actuar de la manera mas inesperada.
Una vez escuché en una película o tal vez fuera una serie de televisión: “cuando aparece algo bueno en tu vida, simplemente tienes que aprovecharlo al máximo, cada instante, cada momento hacerlo tuyo… Hasta que aquello llega a su fin”. Sin reproches ni remordimientos, simplemente disfrutando de aquello, de ese pequeño regalo que te ha brindado la vida, ese tipo de detalles que muy pocas veces hacen su aparición, pero cuando lo realizan, eclipsan todo lo que le rodea. Y desde hace tiempo sigo ese consejo.
Yo, que desde mis últimas historias me juré a mi misma no caer en la tentación de probar por probar…. Yo, que desde que me dejaron el corazón hecho añicos en medio del suelo mientras no dejaba de mirar como se deshacía en mil pedazos… Yo, que pegué cada uno de ellos con super glue y dejé que las cicatrices se secaran sin curarlas del todo para recordarme el dolor. Yo, que quería quedarme en mi concha sin mirar al exterior… Yo que tanto dije, y dije tanto… He acabado por arriesgar de nuevo.
Un nuevo riesgo, un nuevo reto. Y sé que se irá, porque esto no puede ser más que un romance. Y sé que no puedo confiar, porque haga lo que haga, diga lo que diga, actúe como actúe él… Mi confianza es un privilegio que rompió alguien que pensaba que sería aquel que estaba buscando desde hace tiempo. Y mi confianza es difícil de ganar.
Pero aún así sonrío, pero aún así cada noche que nos vemos me dejo fascinar por sus ojos y sus conversaciones, me atrapa en sus historias, sus anécdotas, sus aventuras, su vida, su arte… Y me dejo seducir una vez más por su cuerpo y sus besos, para caer rendida de nuevo en la tentación. Sin pensar en nada más…