Revista Medio Ambiente
Una de las ventajas que tiene el trabajo de campo es poder ir a lugares de gran belleza que de otra forma apenas conoceríamos. En estos días de otoño, con las truchas y los salmones remontando los ríos para desovar y con las Ranas patilargas comenzando la época de apareamientos, nos toca visitar muchos ríos y regatos de montaña para muestrear, algunos muy frecuentados y otros escondidos y casi desconocidos.
Uno de los ríos a los que he tenido que ir en las últimas semanas es al Ríu Espinareo, un afluente del Río Piloña, que a su vez desemboca en el Sella a la altura de Arriondas. El Ríu Espinareo nace en los Montes del Infierno y discurre por una vega entre prados y bosques de robles, hayas, castaños y avellanos.
En el Espinareo hay una buena población de truchas, que mas tempraneras que los salmones ya han comenzado los desoves hace casi un mes. Algunos salmones, no muchos, suben por este pequeño río hasta que algunos saltos infranqueables les impiden el paso.
NOTA: como siempre, pinchad en las fotos para verlas mejor