La ciudad alemana de Hildesheim está situada en el estado de Baja Sajonia. Alberga una de las más interesantes leyendas en torno a las rosas :-).
El hijo y sucesor de Carlomagno, Luis I el Piadoso, también conocido como Ludovico Pío, instaló en el año 815 la corte en Elze. Partió a cazar con un pequeño séquito, cuando, de repente, un ciervo blanco llamó su atención. Ludovico espoleó su caballo y fue en persecución del ciervo a través del bosque. Al llegar a un río, se le rompieron las riendas y el venado escapó. Completamente agotado y solo, Ludovico hizo sonar su cuerno de caza, pero sus compañeros no le escucharon. Cansado, tomó su medalla con la imagen de la Virgen María, que siempre llevaba puesta, y la colgó de un arbusto, se arrodilló y oró con fervor solicitando el auxilio de la Virgen. Se quedó dormido. Horas más tarde, se despertó, y, con asombro, vio todo el lugar cubierto de nieve, a excepción del sitio donde había dormido, al pie de un rosal florecido del que pendía la medalla de la Virgen. Volvió a hacer sonar su cuerno, y sus acompañantes al fin lo encontraron. En el lugar, hizo construir una pequeña capilla que recordara el milagro a las generaciones futuras. Esa pequeña iglesia es en la actualidad Santa María de Hildesheim.
Desde entonces, en la ciudad surge la leyenda que vincula el rosal al destino de Hildesheim, que será próspera y feliz en la medida que el rosal siga viviendo en el muro exterior del ábside. En el año 1944, cuando los Aliados bombardearon persitentemente todas las ciudades importantes de Baja Sajonia, los muros de Santa María se vinieron abajo, y el rosal quedó destruido. Pero una de sus raíces rebrotó, y los habitantes lo consideraron un signo de buen augurio.
El rosal es un ejemplar de Rosa canina, del que se tiene constancia documental desde el año 1600.
La catedral de Santa María de Hildesheim es Patrimonio de la Humanidad desde el año 1985.
Imagen de Wikipedia en alemán
"Una rosa es una rosa es una rosa". Gertrude Stein.