Después de pasar toda la mañana con niños el día de la víspera de Reyes, se te queda una sonrisa de larga duración... Y así de felices nos íbamos ya para casa, que es la tele, Carlos y yo a las 12:30. Con prisa pero tranquilos porque el tiempo, calculado siempre al segundo, nos permitía no correr.
Así pues sonrientes y tranquilos marchábamos los dos cuando alguien nos gritó.
-¡Oye! ¡Tú! ¿Sabes de lo que tienes que hacer un reportaje?
-Perdone, no podemos pararnos.
-Del puto roscón de Reyes... 28 euros me ha costado en La Campana.
-Mire de verdad que nos tenemos que ir...
-¡De eso sí que tenéis que hacer un reportaje! ¡Id para allá!
Y ni sonrientes, ni tranquilos, ni nada de nada... ¿No puede el tío comprarse el roscón de Reyes en el Carrefour por 11 euros como todo el mundo? A los periodistas nos gritan cada vez más y cada vez por mayores estupideces...